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La edad de consentimiento en España es 16 años según el código penal español30 . Artículo 183 - El que realizare actos de carácter sexual con un menor de dieciséis años, será castigado como responsable de abuso sexual a un menor con la pena de prisión de dos a seis años. Artículo 182 (1) - 1. El que, interviniendo engaño o abusando de una posición reconocida de confianza, autoridad o influencia sobre la víctima, realice actos de carácter sexual con persona mayor de dieciséis años y menor de dieciocho, será castigado con la pena de prisión de uno a tres años. En biología, el sexo es el conjunto de las peculiaridades que caracterizan los individuos de una especie dividiéndolos en masculinos y femeninos, y hacen posible una reproducción que se caracteriza por una diversificación genética.1 La reproducción sexual implica la combinación de células especializadas llamadas gametos para formar hijos que heredan el material genético, y por tanto los rasgos y naturaleza de ambos padres. Los gametos pueden ser idénticos en forma y función (isogametos), pero en algunos casos han evolucionado hacia una asimetría de tal manera que hay dos tipos de gametos específicos por sexo (heterogametos): los gametos masculinos son pequeños, móviles, y optimizados para el transporte de su información genética a cierta distancia; mientras que los gametos femeninos son grandes, no móviles y contienen los nutrientes necesarios para el desarrollo temprano del organismo joven. El sexo de un organismo se define por los gametos que produce: los del sexo masculino producen gametos masculinos (espermatozoides) mientras que los de sexo femeninos producen gametos femeninos (óvulos), los organismos individuales que producen tanto gametos masculinos como gametos femeninos se denominan hermafroditas. En la especie humana hay varios casos que son similares al hermafroditismo, pero el término más correcto para referirse a una persona con estas condiciones es intersexual. Con frecuencia, las diferencias físicas se asocian con el sexo del organismo; este dimorfismo sexual puede reflejar las presiones reproductivas diferentes de cada sexo. Etimología Evolución La reproducción sexual es un proceso específico de las eucariotas, organismos cuyas células contienen un núcleo y mitocondrias. Además de los animales, las plantas y los hongos, otras eucariotas (por ejemplo, el parásito de la malaria) también participan en la reproducción sexual. Algunas bacterias utilizan la conjugación, que es una transferencia de material genético entre las células, y aunque no es lo mismo que la reproducción sexual, se traduce también en la mezcla de los rasgos genéticos. Lo que se considera la definición de la reproducción sexual es la diferencia entre los gametos y la naturaleza binaria de la fertilización. La multiplicidad de tipos de gametos dentro de una especie aún se consideran una forma de reproducción sexual. Sin embargo, células terceras que no son gametos se conocen en los animales multicelulares.3 Mientras que la evolución del sexo en sí se remonta a la etapa de célula eucariota, el origen de la determinación del sexo cromosómico es más joven. El sistema ZW para la determinación del sexo es compartido por las aves, algunos peces y algunos crustáceos. La mayoría de los mamíferos, y también algunos insectos (Drosophila) y plantas (Ginkgo) utilizan la determinación XY. La determinación X0 se encuentra en ciertos insectos. Los cromosomas ZW y XY no contienen genes similares,6 y comparando los pollos y los humanos, el cromosoma Z se asemeja al cromosoma 9 del autosoma humano, en lugar de X o Y, sugiriendo que la determinación del sexo ZW y XY no comparten su origen, sino que los cromosomas sexuales se derivan de los cromosomas autosómicos del antepasado común de aves y mamíferos. No obstante en un documento de 2004 que compara el cromosoma Z del pollo con el cromosomas X del ornitorrinco, se sugiere que los dos sistemas están relacionados. Ciclo de vida de la reproducción sexual a través de etapas de organismos haploides y diploides. En muchos organismos la etapa haploide se ha reducido a sólo la producción de gametos especializados en recombinarse y formar un nuevo organismo diploide, en otros, los gametos son capaces de experimentar la división celular para producir organismos multicelulares haploides. En cualquier caso, los gametos pueden ser externamente similares, sobre todo en el tamaño (isogamia), o puede haber evolucionado una asimetría de tal manera que los gametos son diferentes en tamaño y otros aspectos (heterogamia).10 Por convención, el gameto más grande (llamado óvulo) se considera femenino, mientras que el más pequeño (llamado espermatozoide) se considerada masculino. Un individuo que produce gametos grandes es de sexo femenino, y el que produce pequeños gametos es de sexo masculino. Al individuo que produce los dos tipos de gametos se le denomina hermafrodita; en algunos casos, como las plantas, los hermafroditas son capaces de auto-fertilizarse y producir descendencia sin la intervención de un segundo organismo. No obstante también es frecuente que los organismos hermafroditas crucen entre sí los gametos Animales Sirfidos participando en la relación sexual. El gameto masculino, el espermatozoide (producido en un testículo), es una pequeña célula que contiene un solo flagelo largo que lo propulsa.13 Los espermatozoides son células muy pequeñas, que carecen de muchos componentes celulares que serían necesarios para el desarrollo embrionario. Están especializados en la motilidad, la búsqueda de un óvulo para después fusionarse con él en el proceso llamado fecundación. Los gametos femeninos son los óvulos (producido en los ovarios), grandes células inmóviles que contienen los nutrientes y los componentes celulares necesarios para el desarrollo del embrión.14 Los óvulos se asocian a menudo con otras células que apoyan el desarrollo del embrión, formando un huevo. En los mamíferos, el embrión fertilizado se desarrolla dentro del individuo con sexo femenino, que reciben nutrición directamente de su madre. Los animales suelen ser móviles y buscan una pareja del sexo opuesto para el apareamiento. Los animales que viven en el agua pueden aparearse con fertilización externa, donde los óvulos y los espermatozoides se liberan y se combinan en el agua circundante.15 La mayoría de los animales que viven fuera del agua, deben transferir el esperma del macho a la hembra para lograr la fertilización interna. En la mayoría de las aves, tanto la excreción como la reproducción se realiza a través de una sola abertura posterior, llamado cloaca, machos y hembras pájaro hacen contacto en la cloaca para la transferencia de esperma, un proceso llamado "beso cloacal".16 En muchos animales terrestres, los machos usan órganos sexuales especializados para ayudar al transporte de los espermatozoides, al órgano sexual masculino se le llama órgano copulador. En los seres humanos y otros mamíferos este órgano masculino se denomina pene, y penetra en el tracto reproductivo femenino (llamada vagina) para lograr la inseminación, en un proceso conocido como coito. El pene contiene un tubo a través del cual viaja el semen (un líquido que contiene espermas). En las hembras de los mamíferos la vagina se conecta con el útero, órgano que apoya directamente el desarrollo del embrión fertilizado en su interior (gestación). Debido a su movilidad, el comportamiento sexual animal puede implicar relaciones sexuales coercitivas. La inseminación traumática, por ejemplo, es utilizada por algunas especies de insectos para inseminar a las hembras a través de una herida en región abdominal - un proceso perjudicial para la salud de la hembra. El sexo ayuda a la propagación de características dominantes a través de la recombinación. Los diagramas comparan la frecuencia de la evolución de los alelos en una población sexual (arriba) y una población asexual (abajo). El eje vertical muestra la frecuencia y el eje horizontal muestra el tiempo. Los alelos a/A y en b/B ocurren al azar. Los alelos dominantes A y B, que surgen de forma independiente, puede ser rápidamente combinados por la reproducción sexual en una combinación más dominante AB. La reproducción asexual requiere más tiempo para lograr esta combinación, ya que sólo puede producir AB si A se presenta en un individuo que ya cuenta con B, o viceversa. En la mayoría[cita requerida] de las especies con especialización sexual, los organismos son bien de sexo masculino (sólo producen gametos masculinos) o de sexo femenino (sólo producen gametos femeninos). Hay excepciones comunes, por ejemplo, en el gusano redondo C. elegans los dos sexos son hermafroditas y masculinos (un sistema llamado androdioecia). A veces el desarrollo de un organismo es intermedio entre machos y hembras, una condición llamada intersexualidad. En algunos casos los individuos intersexuales se les llama "hermafrodita", pero, a diferencia de los hermafroditas biológicos, las personas intersexuales son casos poco comunes y generalmente no son fértiles, tanto en los aspectos masculinos y femeninos. En el caso de los seres humanos, hasta la quinta semana de gestación, el sexo anatómico del feto es indeterminado. Es entonces cuando intervienen dos grupos de genes, cuya expresión hará que el sexo del individuo sea más o menos próximo al que está determinado por sus cromosomas sexuales. Estos genes estimularán el desarrollo de los órganos genitales masculinos o femeninos, o de ambos en el caso de ciertas personas intersexuales. Genético
Como los humanos y otros mamíferos, el mosquito común de fruta tiene un sistema XY para la determinación del sexo. La sexualidad humana representa el conjunto de comportamientos que conciernen la satisfacción de la necesidad y el deseo sexual. Al igual que los otros primates, los seres humanos utilizan la excitación sexual con fines reproductivos y para el mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el placer propio y el del otro. El sexo también desarrolla facetas profundas de la afectividad y la conciencia de la personalidad. En relación a esto, muchas culturas dan un sentido religioso o espiritual al acto sexual, así como ven en ello un método para mejorar (o perder) la salud. Egremy define a la sexualidad como la "Construcción bio-socio-psicológica que nos permite establecer relaciones con los demás desde el eje sexo-genérico". La OMS define como "sexualidad es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida. Abarca el sexo, las identidades y los papeles de género la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La sexualidad se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos y creencias, actitudes, valores, conductas prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir estas dimensiones, no obstante no todas ellas se vivencían o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos y espirituales". Aunque existen componentes característicos a todos los seres humanos que conforman la sexualidad, no se puede hablar de una sexualidad única, sino que existen tantas sexualidades como seres humanos en el mundo porque cada uno de nosotros posee una construcción individual de su sexualidad. La complejidad de los comportamientos sexuales de los humanos es producto de su cultura, su inteligencia y de sus complejas sociedades, y no están gobernados enteramente por los instintos, como ocurre en casi todos los animales. Sin embargo, el motor base del comportamiento sexual humano siguen siendo los instintos, aunque su forma y expresión dependen de la cultura y de elecciones personales; esto da lugar a una gama muy compleja de comportamientos sexuales. En la especie humana, la mujer lleva culturalmente el peso de la preservación de la especie. En la sexualidad humana pueden distinguirse aspectos relacionados con la salud, el placer, legales, religiosos, etc. El concepto de sexualidad comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce inmediato y a la reproducción, como los diferentes aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y de las expectativas de rol social. En la vida cotidiana, la sexualidad cumple un papel muy destacado ya que, desde el punto de vista emotivo y de la relación entre las personas, va mucho más allá de la finalidad reproductiva y de las normas o sanciones que estipula la sociedad. El término sexo deriva del latín sexus, por sectus, "sección", "separación"; del griego genos (del cual deriva también genitalidad), y aparece usado por primera vez en De inventione I, de Cicerón. Orientación e identidad sexual[editar] La identidad sexual es la conciencia propia e inmutable de pertenecer a un sexo u otro, es decir, el saberse y sentirse varón o mujer. En la definición de la identidad sexual están implicados multitud de factores, entre los que podemos destacar el psicológico, social y biológico y -dentro de este último- el gonadal, cromosómico, genital y hormonal. En realidad hay 78 factores distintos que se diferencian en sentido masculino o femenino en cualquier persona. En la mayoría de las ocasiones, los hombres nacen con genitales masculinos y los cromosomas XY, mientras que las mujeres poseen genitales femeninos y dos cromosomas X. Sin embargo existen personas que no pueden ser clasificadas por estos factores, ya que poseen combinaciones de cromosomas, hormonas y genitales que no siguen las definiciones típicas que se han relacionado con el hombre y la mujer. De hecho, algunas investigaciones sugieren que uno de cada cien individuos puede nacer con rasgos intersexuales, o lo que vulgarmente se conoce como hermafrodita. Véanse también: Heterosexualidad, Homosexualidad, Bisexualidad, Pansexualidad y Asexualidad (demasiados parámetros en {{VT}}) Wikipedia. Hoy, sin embargo, se sabe que también algunos mamíferos muy desarrollados como los delfines, e incluso aves como los pingüinos, presentan un comportamiento sexual diferenciado, que incluye además de formas de aparente homosexualidad, variantes de la masturbación y de la violación.[cita requerida] La psicología moderna deduce, por tanto, que la sexualidad puede o debe ser aprendida. El psicoanálisis diferencia la noción de instinto para el ser humano y considera la sexualidad en un sentido más amplio que el genital ya que el deseo sexual humano no se superpone con el instinto de reproducción. Expresiones y desarrollo del comportamiento sexual[editar] Dibujo de Leonardo da Vinci de una pareja hemiseccionada durante el coito Sólo en los casos de malestar o de conflicto del propio individuo con sus tendencias, o en aquellos en los que se pone en riesgo la integridad física y moral de terceros, podemos hablar de trastornos sexuales y en estos casos se encuentra la necesidad de tratamiento psicoterapéutico e incluso farmacológico. La mayor parte de las culturas tienen normas sociales sobre la sexualidad. Por ejemplo, muchas culturas definen la norma sexual como una sexualidad que consiste únicamente en actos sexuales entre un hombre y una mujer casados. Los tabúes sociales o religiosos pueden condicionar considerablemente el desarrollo de una sexualidad sana desde el punto de vista psicológico. Religión y sexo[editar] Su visión es polémica, ya que no suele reconocer o no suele enfrentarse a otros aspectos de la sexualidad, como la homosexualidad, la masturbación o el uso del preservativo. Prácticas sexuales[editar] Coito[editar] Sexo oral[editar] Sexo anal[editar] Frot y tribadismo[editar] En el tribadismo, práctica sexual no penetrativa, las mujeres presionan y restriegan sus vulvas una contra la otra, estimulándose el clítoris y otras partes erógenas hasta alcanzar el orgasmo. Sexo tántrico[editar] Infecciones de transmisión sexual[editar] Si no reciben tratamiento, algunas de ellas pueden producir daños permanentes (esterilidad, hipoacusia, problemas cardiovasculares, cáncer del cuello uterino o incluso, en algunos casos, la muerte (VIH/SIDA). También son transmitidas de la madre el hijo durante el embarazo o durante el trabajo de parto. El uso del preservativo por temor al contagio del VIH/SIDA ha disminuido la incidencia de las ETS, pero continúan existiendo en todas partes del mundo y son un problema de salud pública.1 Los agentes productores de las infecciones de transmisión sexual incluyen bacterias, virus (como el del herpes), hongos e incluso parásitos, como el ácaro llamado arador de la sarna (Sarcoptes scabiei) o los piojos llamados ladillas (Pedículus pubis). Reproducción[editar] Control de la natalidad[editar] Además, cumple con la función de satisfacción sexual, es decir, la búsqueda del placer de uno mismo y del otro, con lo que se logra que la sexualidad sea indispensable para la vida de los seres humanos, en cuanto a su armonía entre lo físico y lo emocional. Véanse también: Aborto inducido, Diferencias biológicas hombre-mujer, Aparato reproductor masculino y Aparato reproductor femenino. Estudios destacados[editar] Fase oral[editar] Fase anal[editar] Fase fálica[editar] Fase latente o de reposo[editar] Fase genital[editar] La alteración de una de éstas fases conduce, según la teoría de Freud, a la aparición de trastornos específicos sexuales o de la personalidad. Informe Kinsey[editar] Los primeros estudios científicos sobre el comportamiento sexual corresponden al informe Kinsey. Alfred C. Kinsey y sus colaboradores presentaron una recopilación de datos estadísticos que reflejaban los modelos de la conducta sexual en los Estados Unidos desde 1938 hasta 1952. Su trabajo se realizó mediante entrevistas de interrogatorio directo y abrió las puertas para la investigación de la respuesta sexual humana que, posteriormente, realizaron William Masters y Virginia Johnson. El trabajo de Kinsey era de investigación sociológica y no interpretaba la respuesta fisiológica ni psicológica a la estimulación sexual. En el Informe Kinsey se observaron grandes diferencias entre el comportamiento deseable exigido socialmente y el comportamiento real. Asimismo, se observó que no existe una clara separación entre el comportamiento heterosexual y el homosexual ya que, según encuestas de esa época, el 10% de las mujeres y el 28% de los hombres admitían tener comportamientos homosexuales, y un 37% de los hombres estar interesados en la homosexualidad. Masters y Johnson[editar] Publicaron sus estudios en un libro titulado The Human Sexual Response (véase Respuesta sexual humana). Además, escribieron un polémico artículo donde se afirmaba que, según el estudio realizado, las relaciones sexuales con las personas del mismo sexo resultaban tan placenteras y relajantes como tener sexo oral y anal a la vez; en el caso de las mujeres, una doble penetración las lleva a encontrar el clímax. Erotismo[editar] Véanse también: Erótica, Pornografía y Kama sutra. La edad de consentimiento sexual es la edad por debajo de la cual, para propósitos criminales, la violencia se presume legalmente en las relaciones sexuales, sin importar la existencia de cualquier violencia real. Si un adulto tiene relaciones sexuales con un menor que todavía no alcanza la edad de consentimiento sexual, el acto es considerado estupro o violación, dependiendo de la edad del menor y del país. Una relación sexual es el conjunto de comportamientos que realizan al menos dos personas con el objetivo de dar o recibir placer sexual.1 2 Las relaciones sexuales pueden incluir muchas prácticas como el magreo, el sexo oral o el coito. El coito o cópula consiste en la introducción del pene en la vagina o el ano.3 4 5 En el caso de parejas heterosexuales fértiles, también pueden estar presentes fines reproductivos. El tiempo de duración de un acto sexual suele ser desde 2 minutos hasta más de 40 minutos.6 Tipos de relaciones sexuales[editar] Orgía o sexo grupal: varios individuos tienen relaciones sexuales al mismo tiempo y en el mismo lugar. En nuestra cultura el requisito para considerar una práctica sexual como parte de una relación sexual válida y no un delito es el consentimiento. Así, las prácticas sexuales pueden ser consentidas o no. Algunas de las prácticas sexuales en las que falta el consentimiento de una persona tienen nombre particulares. Violación que se produce cuando una persona tiene acceso sexual hacia otra, mediante el empleo de violencias físicas o psicológicas o mediante el uso de mecanismos que anulen el consentimiento de los ofendidos. También se habla de violación cuando la víctima no puede dar su consentimiento, como en los casos de incapaces mentales, menores de edad, o personas que se encuentran en estado de inconsciencia, a través de alcohol u otras drogas. Como primera aproximación, se pueden dividir las prácticas en coitales y no coitales. Dentro de las no coitales podemos mencionar Magreo: abrazos, caricias y besos. El coito o cópula (del latín: co-iter, ‘marcha en común’ o ‘ir en común’) es la inserción y empuje pélvico del pene en la vagina o el ano. En los seres humanos el coito es una de las prácticas sexuales que forma parte de la relación sexual. Además es la práctica normativa de las relaciones sexuales (véase Coitocentrismo). Los autores suelen usar la palabra coito para hacer referencia al vaginal De las prácticas sexuales, es la práctica que más riesgos tiene de ser una vía de trasmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS)[cita requerida], por ello es el blanco principal de las recomendaciones del sexo seguro. Coito vaginal[editar] Aunque se tiende a pensar que la forma primigenia del coito vaginal en humanos es el llamado a tergo o ventro-dorsal —ya que ésta existe en los otros mamíferos de modo casi excluyente—, existen estudios que ponen en duda esta teoría y encuentran relación entre las coacciones de tipo morfológico y la preferencia por el coito ventro-ventral en el hombre y en el chimpancé bonobo.8 La posición sexual a tergo —esto es, la penetración del pene en la vagina cuando la hembra se encuentra de espaldas al macho— suele ser llamada levrette, si la mujer está apoyándose sobre sus piernas y brazos, aunque también se realiza cuando la mujer es penetrada vaginalmente de espaldas (por ejemplo, acostada apoyando su espalda en el varón). La forma más común de coito en humanos es la ventro-ventral o frontal [cita requerida], coloquialmente llamada posición del misionero, ya que popularmente se atribuye la introducción de esta forma de coitar en Oceanía a los misioneros. Otra posición frecuente durante el coito en los seres humanos es la posición de Andrómaca, con la mujer sentada sobre el hombre acostado. Esta pose da más posibilidad de movimientos tanto a la mujer como al varón, ya que ambos pueden usar sus manos para acariciar otras partes del cuerpo. Coito anal[editar] La mucosa anal carece de lubricación y es todavía más fácil de irritar que la vagina, por lo cual, tiene mayor riesgo de transmisión de ITS, especialmente el VIH, si no se realiza de manera segura. Para ello es recomendable utilizar lubricantes a base de agua, que no afectan a los preservativos.9 Coitocentrismo[editar] El coitocentrismo, es ubicado como una de las características de la sexualidad hegemónica y normativa la cual además deberá ser procreativa, genital, monógama, en el matrimonio, naturalizada, por amor, en casa, de a dos, y, por supuesto, heterosexual. El resto de prácticas serán rechazadas y tachadas de anormales, innaturales, pecaminosas o enfermas.12 Aunque se acepta que el coitocentrismo también está presente como norma en algunas relaciones homosexuales.13 En occidente, la tradición judeocristiana ha estado vinculada en el sostenimiento del coitocentrismo. Según esta tradición, el acto sexual es válido sólo en el matrimonio, y se vuelve un medio para expresar sentimientos íntimos, adquirir responsabilidades y, sobre todo, reproducir a la especie. Según esta doctrina, la sexualidad no heterosexual, y fuera del matrimonio, es inmoral. Para los libertarios, es la falta de consentimiento, o un desequilibrio de poder - como el coito obligado - que es inmoral, pero para muchos conservadores la coerción marital no es inmoral.14 Se lo contextualiza como uno de los «lastres» patriarcales.15 Se ubica junto a otros mandatos de la masculinidad hegemónica como es el falocentrismo, es decir, la reducción del cuerpo masculino al pene, la negación de toda otra zona sensitiva y de placer; y la negación de la emotividad; todos estos atributos necesarios para relaciones armónicas al interior de la pareja. La aparición del concepto de coitocentrismo y su crítica viene de la mano del feminismo, y los últimos avances tecnológicos en materia de anticoncepción y aborto y la reforma sexual ocurridos en el siglo XX gracias a los que está extendiendo la nómina de prácticas sexuales socialmente aceptadas.17 El coito en la literatura[editar] Controversias sexuales[editar] Puedes añadirlas o avisar al autor principal del artículo en su página de discusión pegando: {{subst:Aviso referencias|Relación sexual}} ~~~~ Actividades sexuales como el adulterio, homosexualidad, orgías y relaciones prematrimoniales, pueden ser rechazadas o aceptadas por determinados grupos de personas, si bien son prácticas no sancionadas en gran parte de Occidente y otros lugares, mientras que existe una tendencia punitiva en sociedades teocráticas y fundamentalistas. En muchos países islámicos toda actividad sexual fuera del matrimonio es ilegal. Entre esos países figuran Arabia Saudita, Pakistán,18 Afganistán,19 20 Irán,20 Kuwait,21 Maldivas,22 Omán,23 Emiratos Árabes Unidos,24 25 Marruecos,26 Sudán,27 Yemen28 Mauritania,29 etc. Terminología coloquial[editar] La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que caracterizan el sexo de cada individuo. También, desde el punto de vista histórico cultural, es el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociadas a la búsqueda del placer sexual, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo. Durante siglos se consideró que la sexualidad en los animales y en los hombres era básicamente de tipo instintivo. En esta creencia se basaron las teorías para fijar las formas no naturales de la sexualidad,[cita requerida] entre las que se incluían todas aquellas prácticas no dirigidas a la procreación.[cita requerida] Sin embargo, hoy se sabe que también algunos mamíferos muy desarrollados, como los delfines o algunos pingüinos, presentan un comportamiento sexual diferenciado, que incluye, además de homosexualidad (observada en más de 1.500 especies de animales),1 variantes de la masturbación y de la violación. La psicología moderna deduce, por tanto, que la sexualidad puede o debe ser aprendida.[cita requerida] Artículo principal: Sexualidad humana partes del cuerpo humano hombre y mujer La sexualidad humana de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud se define como: Un aspecto central del ser humano, a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se viven o se expresan siempre. La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales. Se propone que la sexualidad es un sistema de la vida humana que se compone de cuatro características, que significan sistemas dentro de un sistema. Éstas características interactúan entre sí y con otros sistemas en todos los niveles del conocimiento, en particular en los niveles biológico, psicológico y social. Las cuatro características son: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproductividad y el sexo genético (genotipo) y físico (fenotipo). El erotismo es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo. La vinculación afectiva es la capacidad de desarrollar y establecer relaciones interpersonales significativas. La reproductividad es más que la capacidad de tener hijos y criarlos, incluye efectivamente los sentimientos de maternidad y paternidad, las actitudes paternas y maternas, además de las actitudes favorecedoras del desarrollo y educación de otros seres. La característica del sexo desarrollado, comprende el grado en que se experimenta la pertenencia a una de las categorías dimórficas (femenino o masculino). Es de suma importancia en la construcción de la identidad, parte de la estructura sexual, basado en el sexo, incluye todas las construcciones mentales y conductuales de ser hombre o mujer. Hay que tener en cuenta que es muy importante que sepamos cuales son nuestras actitudes más personales e íntimas hacia la sexualidad. Uno de los productos de la interacción de estos holones es la orientación sexual. En efecto, cuando interactúan el erotismo (la capacidad de sentir deseo, excitación, orgasmo y placer), la vinculación afectiva (la capacidad de sentir, amar o enamorarse) y el género (lo que nos hace hombres o mujeres, masculinos o femeninos) obtenemos alguna de las orientaciones sexuales a saber: la bisexualidad, la heterosexualidad y la homosexualidad. La definición de trabajo propuesta por la OMS (2006) orienta también la necesidad de atender y educar la sexualidad humana. Para esto es de suma importancia, reconocer los derechos sexuales (WAS, OPS,2000): El derecho a la libertad sexual. Es importante notar que la sexualidad se desarrolla y se expresa de diferentes maneras a lo largo de la vida de forma que la sexualidad de un infante no será la misma que la de un adolescente o un adulto. Cada etapa de la vida necesita conocimientos y experiencias específicos para su óptimo desarrollo. En este sentido, para los niños es importante conocer su cuerpo, sus propias sensaciones y aprender a cuidarlo. Un niño o una niña que puede nombrar las partes de su cuerpo (incluyendo el pene, el escroto o la vulva) y que ha aceptado que es parte de él, es más capaz de cuidarlo y defenderlo. También es importante para ellos conocer las diferencias y aprender que tanto los niños como las niñas son valiosos y pueden realizar actividades similares. En esta etapa aprenden a amar a sus figuras importantes primero (los padres, los hermanos) y a las personas que los rodean, pueden tener sus primeros enamoramientos infantiles (que son diferentes de los enamoramientos de los adolescentes) y también viven las primeras separaciones o pérdidas, aprenden a manejar el dolor ante éstas. En cuanto a la reproductividad, empiezan a aprender a cuidar de los más pequeños (pueden empezar con muñecos o mascotas) y van desarrollando su capacidad reproductiva. También tienen grandes dudas sobre su origen, generalmente las dudas que tienen con respecto a la relación sexual necesitan la aclaración del sentido amoroso y del deseo de tenerlo que tuvieron sus padres. Les resulta interesante el embarazo y el nacimiento en un sentido de conocer su propio origen. Sobre todo será importante indagar la pregunta y responderla al nivel de conocimiento de acuerdo a la edad del menor. La sexualidad adulta contiene los cuatro elementos en una interacción constante. Por ejemplo, si una mujer se siente satisfecha y orgullosa de ser mujer, es probable que se sienta más libre de sentir placer y de buscarlo ella misma. Esto genera un ambiente de cercanía afectiva y sexual con la pareja y un clima de mayor confianza que a su vez repercute en las actividades personales o familiares que expresan la reproductividad. En realidad podríamos empezar por cualquiera de las características en estas repercusiones positivas o también negativas. Cada una de las características presentará problemas muy específicos. Así, encontramos en el sexo, los problemas de homofobia, violencia contra la mujer, desigualdad sexual, etcétera. En la vinculación afectiva se encuentran las relaciones de amor/odio, la violencia en la pareja, los celos, el control de la pareja. El erotismo presentará problemas tales como disfunciones sexuales o las infecciones de transmisión sexual. En cuanto la reproductividad se observan trastornos en la fertilidad o, más tarde, violencia y maltrato infantil, abandono de los hijos, etc. Al igual que muchos animales, los seres humanos utilizan la excitación sexual con fines reproductivos y para el mantenimiento de vínculos sociales, pero le agregan el goce y el placer propio y el del otro. El sexo también desarrolla facetas profundas de la afectividad y la conciencia de la personalidad. En relación a esto, muchas culturas dan un sentido religioso o espiritual al acto sexual (Véase Taoísmo, Tantra), así como ven en ello un método para mejorar (o perder) la salud. La complejidad de los comportamientos sexuales de los humanos es producto de su cultura, su inteligencia y de sus complejas sociedades, y no están gobernados enteramente por los instintos, como ocurre en casi todos los animales. Sin embargo, el motor base de gran parte del comportamiento sexual humano siguen siendo los impulsos biológicos, aunque su forma y expresión dependen de la cultura y de elecciones personales; esto da lugar a una gama muy compleja de comportamientos sexuales. En muchas culturas, la mujer lleva el peso de la preservación de la especie. Desde el punto de vista psicológico, la sexualidad es la manera de vivir la propia situación. Es un concepto amplio que abarca todo lo relacionado con la realidad sexual. Cada persona tiene su propio modo de vivir el hecho de ser mujer u hombre, su propia manera de situarse en el mundo, mostrándose tal y como es. La sexualidad incluye la identidad sexual y de género que constituyen la conciencia de ser una persona sexuada, con el significado que cada persona dé a este hecho. La diversidad sexual nos indica que existen muchos modos de ser mujer u hombre, más allá de los rígidos estereotipos, siendo el resultado de la propia biografía, que se desarrolla en un contexto sociocultural. Hoy en día se utilizan las siglas GLTB (o LGBT) para designar al colectivo de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales. La sexualidad se manifiesta también a través del deseo erótico que genera la búsqueda de placer erótico a través de las relaciones sexuales, es decir, comportamientos sexuales tanto autoeróticos (masturbación), como heteroeróticos (dirigidos hacia otras personas, éstos a su vez pueden ser heterosexuales u homosexuales). El deseo erótico (o libido) que es una emoción compleja, es la fuente motivacional de los comportamientos sexuales. El concepto de sexualidad, por tanto, no se refiere exclusivamente a las “relaciones sexuales”, sino que éstas son tan sólo una parte de aquél objetivo. Se desarrolla de forma lenta, y a una edad llegada justa, con técnicas generalmente nuevas. YA es posible saber cómo sienten, piensan y se comportan nuestros compatriotas en su vida íntima. Sigma dos ha realizado para EL MUNDO una investigación sobre la sexualidad de los españoles. Las respuestas dadas a un total de 1.118 entrevistas, cumplimentadas por hombres y mujeres de todas las edades que se declaraban heterosexuales, han permitido evaluar y conocer cómo viven diariamente los españoles la vida en pareja, qué aspectos valoran más en las relaciones y cuál es su comportamiento sexual. La primera conclusión que se obtiene de este estudio es que las relaciones sexuales están consideradas como uno de los factores gratificantes de la vida y los españoles, por lo general (un 80%), están satisfechos con el desarrollo de su sexualidad. Viene de la página 1 Para hablar hoy en día de un aspecto tan importante de la vida humana como son las relaciones sexuales es necesario partir de dos presupuestos fundamentales para cualquier análisis: el tipo de relación predominante y cómo se desarrollan esas relaciones. Es decir, si éstas resultan gratificantes. El tipo de relación predominante (86,5%) y sin duda el preferido por los españoles es la relación en pareja, que quizá obedece menos a factores morales que a necesidades afectivas y de equilibrio emocional. Tal como se desarrolla la vida humana en las sociedades modernas, la relación entre dos personas es también la más idónea en función de los intereses laborales -cada vez son más los casos en los que los dos miembros de la pareja trabajan- y de la preocupación por cuestiones de salud, más difíciles de controlar llevando un tipo de vida promiscuo. Por estos motivos, no son decisivos otros factores como la creencia religiosa o ideología política. Tipo de relación Ante la disyuntiva de qué tipo de relaciones se prefiere, la mayoría de la población (71.2%) se inclina por mantener una relación estable y con la misma persona y en porcentajes casi coincidentes por las relaciones esporádicas (13,7%) o estables, pero con distintas personas (13.4%). En este sentido, las mujeres y los mayores de 25 años son quienes más buscan la estabilidad con la pareja, mientras que los hombres y los más jóvenes prefieren relaciones menos comprometidas. En cambio, la idea de compatibilizar la estabilidad con la novedad atrae de forma más significativa a los de edad media, de 40 a 49 años. Junto a la estabilidad, los españoles son partidarios de la exclusividad (61,5%), procurando evitar en sus relaciones todo contacto fuera de su pareja, sobre todo las mujeres. Más liberal se muestra un 36% que no excluye algún que otro contacto fuera de la misma. Asimismo, son más partidarios de la exclusividad, paradójicamente, los católicos no practicantes que los practicantes, mientras que los hombres -sobre todo el grupo de edad media- se expresan más a favor de las incursiones fuera de la pareja. Respecto a las gratificaciones que reporta la sexualidad, el balance es altamente positivo, ya que casi un 80% de los españoles se siente satisfecho con su vida sexual. Aunque sobresalen como más complacidos los españoles de edades intermedias, es necesario resaltar los altos valores que alcanzan las cifras entre los más jóvenes y los mayores de 50 años. Además, si tenemos en cuenta otras variables como la creencia religiosa nos encontramos con un dato que puede parecer paradójico y es que el grado de satisfacción es mayor entre los católicos practicantes que entre los no practicantes. Los niveles de insatisfacción son bajos, ya que no sobrepasan el 19%, sobre todo entre aquellos que se quejan de «pocas» relaciones. En este sector se encuentran los más jóvenes y los mayores de 50 años. Insatisfacción Pero el dato más significativo al respecto se encuentra en un segmento específico: los que tienen entre 30 a 39 años. Es decir, el grupo que vivió las secuelas de la «asignatura pendiente». Las razones de esta insatisfacción están generalmente relacionadas con los grupos de edad mencionados: escasez de relaciones, problemas fisiológicos y frustración. Algo tan importante como el mantenimiento de una relación es, muchas veces, el inicio, porque prácticamente nadie puede renegar de un encanto o de un aspecto de otra persona por el que se haya sentido atraído. Los españoles, al comenzar una relación con otra persona, prestan atención, fundamentalmente, al aspecto físico. Sobre todo los varones y el grupo englobado en los de mediana edad. Por el contrario, las mujeres se fijan más en el interior, en el carácter, de la persona. En segundo lugar, se le da importancia a la clase social, prefiriendo que la persona con la que se mantienen relaciones se encuentre en la misma situación. En este aspecto destacan como más escrupulosos los que votan a la derecha, además de los mayores de 50 años. Por el contrario, la profesión y la situación económica son factores que influyen en menor medida a la hora de tomar la decisión de establecer una relación. Es un tópico y a la vez una realidad que la vida en pareja, y en general la vida íntima, tiene que estar cargada de comprensión, cariño, tolerancia y un largo etcétera, además de imaginación sexual. En este sentido, cuando se pide a los españoles que se autodefinan en cada uno de estos aspectos, el balance es altamente positivo. No obstante, debemos hacer frente a estos datos con cautela, porque cuando uno se juzga a sí mismo se tiende casi siempre a aumentar los aspectos positivos y a disminuir los negativos. Según los resultados de esta encuesta, se aprecia tanto el alto grado de consideración en que se tienen los españoles, como el que ellos piensan que de su persona tiene su propia pareja. Lo que más destacan de su personalidad son valores que indican un «estar por encima de las circunstancias», tales como la incomprensión y la complacencia, cualidades en las que no es de extrañar que los hombres superen a las mujeres en las cifras. Algo que no sucede en aspectos en los que las mujeres son más competitivas, como la comunicación y la fidelidad. La imaginación sexual obtiene las cotas más bajas (pero aceptables, lo que nos permite aceptar las respuestas al respecto como sinceras), alcanzando cifras sensiblemente bajas entre las mujeres. La actividad sexual, en relación con el coito, se caracteriza por su frecuencia. Lo habitual es que el acto sexual se realice varias veces por semana (34%), sobre todo entre los que tienen edades intermedias, mientras que el nivel de actividad diario es más alto entre los jóvenes y más bajo en el segmento de los mayores. Estos datos reflejan que la actividad sexual se adecúa más a los estadios fisiológicos de los individuos que a cuestiones de índole moral. Estabilidad, exclusividad y una frecuencia de actividad sexual de varias veces por semana nos indican que el marco preferido por los españoles para sus relaciones sexuales es el matrimonio (casi en un 50%) o bien una variante laica del mismo: la pareja estable sin compromiso (34.6). Los más partidarios de la opción tradicional son los que corresponden a los segmentos sociales que aceptan en menor medida los cambios: las mujeres, los mayores de 40 años, los católicos practicantes y los que votan a la derecha. Mientras que los de menor edad, así como los católicos no practicantes y aquellos que votan a la izquierda se muestran más a favor de la pareja estable pero sin compromisos. Pero el sobrevalorar la situación matrimonial es más un signo de asegurar y mantener afectivamente una relación, que de aceptar los presupuestos de la moral sexual imperante hace unos años. Porque junto al matrimonio se valora también la experiencia sexual (48.3%) -algo que va más allá de las relaciones prematrimoniales- por encima de la virginidad (27.8%). Distintas prácticas sexuales Por prácticas sexuales entendemos todo aquello que no se limita a la penetración vaginal y a los gestos que normalmente la acompañan, como los besos, las caricias y las posturas eróticas estandarizadas. Llevarlas a cabo depende sobre todo de dos aspectos que hoy en día están en mayor medida al alcance de todos por la forma de vida que llevamos: las posibilidades de ponerlas en práctica (que en comparación con la realidad de hace unos años han aumentado) y la imaginación sexual, quizá la misma de siempre, pero actualmente más desinhibida. Sin embargo, antes de adentrarnos en este campo es necesario comenzar por la edad en la que empezaron los primeros contactos sexuales. Entre los españoles, los primeros contactos sexuales (sin penetración) se tuvieron a los 17 años aproximadamente, siendo las mujeres más precoces (17 años) que los hombres (16 años). En cuanto a las relaciones completas, la media puede establecerse en los 20 años y, al contrario de lo que se observaba en el caso de los primeros contactos, las mujeres no consuman el acto sexual antes de los 21 años, mientras que los hombres se muestran más precoces (18 años). La diferencia es mayor si se fija la edad como baremo, ya que mientras que nuestros progenitores tuvieron que esperar hasta casi los 23 años, nuestros vástagos ya han conocido lo que es hacer el amor a los 18. Pero las relaciones no se limitan sólo a escarceos amorosos o a la penetración. Los españoles también llevan a cabo otro tipo de prácticas, entre las que destacan el sexo oral, la estimulación a través de la pornografía y, en menor medida, el sexo anal. El sexo oral, ya sea entre hombres o mujeres, y según los distintos intervalos de edad, es ampliamente practicado. El ver pornografía es menos habitual. Según la creencia religiosa y la ideología, resulta significativo el alto porcentaje que alcanzan dos segmentos en relación con estas prácticas: los católicos practicantes y los que se identifican con la derecha. El sexo anal se encuentra más extendido entre los que tienen de 25 a 29 años y los mayores de 50, y es menos frecuente entre los más jóvenes y los de ideología conservadora. En cambio, este tipo de prácticas es igual entre católicos practicantes y no practicantes. Pero sin duda lo más extendido en referencia a la sexualidad es el placer solitario, la autosatisfacción sexual. Las fantasías masturbatorias constituyen, entre los adolescentes, un aprendizaje para sus relaciones futuras y entre los mayores proporcionan un alivio saludable cuando, por un motivo o por otro, no se tienen relaciones sexuales. La universalidad de esta práctica la ponen a prueba las cifras: más de la mitad de los españoles (52.1%) la practica en la actualidad, sobre todo los hombres y los que tienen menos de 49 años, y un 31.5% dice que la ha practicado, pero que hoy en día no lo hace. A este último sector pertenecen principalmente las personas que han sobrepasado los 50 años. A nivel ideológico y religioso, se observa que quienes menos practican la masturbación son los católicos practicantes y los que votan al partido conservador, que son también los que en mayores proporciones dicen no haberla practicado nunca. En cuanto a la frecuencia, un amplio segmento afirma autosatisfacerse semanalmente, un 25% varias veces cada siete días y un 9.2%, una sola vez. Los hombres sobresalen más que las mujeres en su constancia, mientras que si se tiene en cuenta la edad, se observa que la masturbación es más frecuente entre los más jóvenes. Los que se autodeclaran católicos practicantes se autosatisfacen más a menudo que los no practicantes, que lo hacen más esporádicamente. Autosatisfacción y fantasías sexuales están íntimamente unidas. El solitario se estimula evocando y el fantasioso, si le da rienda suelta a la imaginación erótica, busca la satisfacción solo o acompañado, si es que tiene esta posibilidad. Fantasías sexuales Un 82.5% de los españoles reconoce que tiene fantasías sexuales, siendo significativamente mayor la proporción entre los varones que entre las mujeres, quizá porque todavía la sexualidad masculina está más desinhibida que la femenina y se le permite, hasta en el pensamiento, una mayor libertad. Pero esto no significa que una dependa más que otra de la imaginación erótica y, tal vez, una prueba de ello es observar la frecuencia con la que los españoles recurren a las mismas. Algo más de un 40% se sirve de las fantasías con frecuencia cuando realiza el acto sexual con la pareja, siendo mayor la recurrencia entre las mujeres que entre los hombres. Esto puede obedecer a que los varones, cuando se preparan para el acto sexual, ya están generalmente excitados por la anticipación del placer que van a disfrutar, mientras que las mujeres necesitan un «precalentamiento» tanto psicológico, como a nivel de manipulaciones físicas, caricias prolongadas, que colaboren con la excitación. Contra lo que pudiera parecer, la variable edad indica que la frecuencia de las fantasías aumenta con la misma, y es que al tener una mayor experiencia sexual los peligros de la monotonía son mayores, por lo que recurrir a ensoñaciones beneficia a la pareja en el goce común. El 74% de los españoles mantiene relaciones sexuales al menos una vez por semana, lo que convierte a España en el octavo país del mundo en cuanto a frecuencia sexual se refiere, empatado con Suiza. Estos son los resultados de una macroencuesta online realizada por la consultora Harris Interactive para Durex, con una muestra de más de 26.000 personas de 26 países diferentes, y que encabezan los griegos con una asiduidad semanal superior al 87%. La segunda población mundial más fogosa de acuerdo al informe es la brasileña, con un 82%, seguida de la rusa (80%) y la china (78%). La práctica de la masturbación es otra de las costumbres sexuales analizadas en el estudio. Los primeros en este bloque temático son los suizos. El 96% de la población encuestada reconoce haberse masturbado en alguna ocasión durante la última semana, frente al 30% de los nigerianos, nuevamente cerrando la lista de países. Por género, los hombres idicen masturbarse casi el doble que las mujeres: un 43 frente a un 22% del total de encuestados.Los hombres se masturban casi el doble que las mujeres Por detrás, encontramos a los castellanos y leoneses (8,4 relaciones sexuales al mes), los andaluces (8,3), los vascos y murcianos (8 veces), los valencianos (7,8), los catalanes y castellano-manchegos (7,4) y los melillenses y baleares (7 relaciones). En las últimas posiciones se encuentran los canarios (6,9), los aragoneses (6,8), los extremeños (6,6), los asturianos (6 veces) y por último los cántabros (4,6 actos sexuales al mes). ¿Amor o sexo? En cuanto a la calidad de sus hábitos amatorios, los madrileños le puntúan con buena nota. Así, dan 8,1 puntos a la calidad de su relación actual con su pareja, un 8,3 a su relación afectiva y un 7,7 a la calidad de comunicación con su pareja y a la forma en al que organizan su vida cotidiana. En cambio, a las preguntas estrictamente sexuales su puntuación es más baja. Así, los encuestados madrileños sólo conceden 6,8 puntos a su vida sexual, 7,1 puntos a la intensidad de las relaciones y 6,2 puntos a la variedad y originalidad de sus relaciones y a la satisfacción con la frecuencia de las relaciones. Aunque los madrileños afirman que les gustaría practicar sexo una vez al día, no son los españoles que más desean aumentar sus encuentros íntimos. Los canarios quieren hacerlo 51 veces al mes, los murcianos 47 y los riojanos quieren aumentar la frecuencia a una diaria. En cambio, los extremeños se conformarían con 22 veces al mes; los habitantes de Baleares con 21; los asturianos, con 19; y los catalanes y manchegos con 26 relaciones sexuales al mes. Por último, ¿cuándo nos gusta más practicar sexo? El fin de semana (especialmente el sábado) y las vacaciones son nuestras fechas preferidas. "La sexualidad en España ha pasado de ser represiva a ser obsesiva" Con los antiguos dos rombos en la portada, el libro que presentó ayer Barba en Sevilla recorre los últimos 50 años de la historia de España a través de entrevistas a un centenar de personalidades de distinta índole. "Evidentemente, aparece sexo, pero también se habla de política, religión, cultura, economía...", enumera el escritor. Alfredo Landa, Francisco Umbral, Rafael Amargo o Alaska, todos cuentan su particular visión de un tema que ha sido tabú durante mucho tiempo pero que, según el autor, "siempre ha estado ahí. Cuando ves a alguien y quieres yacer con él, ya puede ser Montesco o Capuleto, que lo haces aunque te cueste la vida". Del escándalo por el desnudo de María José Cantudo al edredoning de Gran Hermano no ha pasado tanto tiempo. Barba destaca a Susana Estrada como una de las pioneras de este cambio. La vedette tuvo que sufrir constantes amenazas de bomba. "Durante una de sus funciones, un espectador sacó una pistola y no la mató gracias a que el técnico de iluminación apagó la luz antes del disparo", comenta. A la movida de los 80 también le da bastante importancia aunque asegura que hubo mucha puesta en escena. Uno de los principales problemas de la actualidad, afirma el escritor, "es la falta de cultura sexual. Tenemos mucha información pero la gente sigue sin enterarse". Con 100 españoles y el sexo aporta algo nuevo a la cultura sexual española. Uno de los momentos que más le sorprendió al autor durante las entrevistas fue cuando el aristócrata Eduardo Gamir Pitito, le dijo: "Te voy a presentar a mi futuro esposo", y ante sus ojos apareció un mono llamado Nicolás. "Le pediré al padre Apeles que nos case", sentenció. Sin embargo, fue la actriz Verónica Echegui (Yo soy la Juani) la que más le sedujo cuando le susurró que su fantasía sexual era poder penetrar a un hombre. No hay duda, el sexo está en todas partes, fuera y dentro de nuestro ser. Sonriendo, David Barba afirma que "si estuviéramos más satisfechos en la cama seríamos más felices y esta satisfacción tiene que ver con la capacidad de entrega. Tenemos que entregarnos a los demás". Habrá que hacerle caso. La sexualidad ha sido dimensión descuidada en la historiografía española con algunas pocas excepciones como la obra maestra de Marañón sobre Antonio Pérez. No deben preocuparnos ahora los motivos de esta situación y nos bastará saber que el hecho no admite réplica. Afortunadamente, el historiador francés Bartolomé Bennassar acaba de escribir un libro, «L'homme espagnol», donde una gran parte se dedica a este tema olvidado. En la documentación sobre la Inquisición utilizada por Bennassar disponemos de una fuente excepcional para estudiar la actitud de esta institución acerca del sexo. El presente artículo se basará en ella, aunque también se sirva de otros documentos originales. De la importancia del tema no hay duda. Citemos a Bennassar: «las cosas del amor y más concretamente del sexo interesan constantemente a los españoles en un grado elevadísimo desde el siglo XVI hasta hoy.» Nuestra pregunta es distinta: ¿Qué Interesaba a los inquisidores? Para los teólogos no era tan grave la fornicación, pecado de la carne como la intencionalidad del que lo cometía. Vivir en pecado con una mujer era más o menos malo y escandaloso; proclamar, en cambio, que vivir así no era pecado constituía un crimen. En esta línea, la Iglesia ha tolerado la prostitución, admitiendo la enfermedad y debilidad de las prostitutas, porque, a pesar de seguir su carrera. descargan la conciencia en la confesión. Por lo mismo, la Inquisición solamente perseguía a aquellas personas que mantenían que no era pecado la libre práctica del amor. La libertad sexual Siguiendo las normas sociológicas corrientes, hubo en la España de esa época más libertad en las ciudades que en el campo y dentro de las ciudades más entre las clases altas. La condesa de Aulnoy, en el siglo XVII afirmó: «El único goce y la sola ocupación de los españoles consiste en sostener una afición. Los jóvenes aristócratas con dinero empiezan desde la edad más tierna (doce o catorce) a tener manceba.» Sabemos así que había en Madrid centenares de damas cortesanas. «Cuando se habla de los grandes gastos de los españoles -escribió Antoine de Brunel en la misma época-, todos los que han vivído en Madrid me aseguran que las mujeres arruinan las haciendas.» Perfecto, pero ¿qué ha pasado con estos casos en la documentación histórica? Por lo general, la clase alta no resulta empapelada por la Inquisición y no tanto por razón de su privilegio como por ausencia de delatores, ya que ¿quién osaría testificar contra los grandes? En 1860, un estudiante de la Universidad de Barcelona, Pedro Joseph Echevarría, fue procesado por defender la licitud del coito fuera del matrimonio y cuando se le advirtió que se trataba de un pecado respondió que «si Dios no perdonaba este pecado podía llenar el cielo de paja». Gracias a su larga experiencia, sospechaban los inquisidores que una persona no ortodoxa en su moral podía ser heterodoxa en otros puntos; la inmoralidad denotaba herejía, como se manifestó en el proceso del estudiante: éste no ayunaba los días marcados y cuando se le reprendió por no hacerlo la vispera de San Lorenzo exclamó; «Que le besase en el culo si quería San Lorenzo». Encantos y opiniones Los encantos eróticos se entroncaban con una antigua tradición de supersticiones populares, Pese a su característica ligereza o quizá por ello, esta ofensa ocupó gran parte de la actividad inquisitorial. La hechicería -de la que aquí no hablaremos-- representó un papel importante y hoy lo sabemos gracias a los estudios de Cirac Estopañán, Caro Baroja, Angel Gari y otros. En la mayoría de los casos de hechicería urbana se buscaba atraer a los novios, como lo demuestra la documentación de los tribunales de Cuenca, Toledo y Las Palmas en el siglo XVI, y de Zaragoza y Barcelona en el XVII. ¿Por qué parecía tan peligrosa esta actividad? Por tres razones: primero, el encanto practicado suponía confiar en poderes prohibidos: segundo, muchos de estos encantos tenían orígenes judaicos o islámicos; tercero, en algunos casos los encantos implicaban pacto con el diablo Las «palabras deshonestas» significaban un desprecio hacia la castidad o el sacramento del matrimonio. Lo difícil para el historiador es saber hasta qué punto estas opiniones «deshonestas» reflejaban verdaderamente la actitud de ciertos españoles. Tomemos el caso de Esteban Núñez, vecino de Toledo, portugués de origen y comediante de oficio. De cuarenta años de edad en 1663, se había casado tres veces, en 1634, 1656 y 1661, y en ese mismo año de 1663 tenia una manceba. Hombre, como vemos, muy macho, se mostraba partidario de la libertad sexual. Según algunos testimonios, Esteban decia que «con vivir así amancebado vivía en gracia de Dios» y que «la simple fornicación no es pecado». Entre los testigos de cargo figuraba su esposa. Jamás admitió ésta que su marido opinaba así y si le denunció fue con el exclusivo afán de recuperarlo. La bigamia En la Barcelona de 1665, la Inquisición detuvo a una mujer que, abandonada de su marido, vivía con otro hombre como su esposa. Para la Inquisición no era preocupante este coito prolongado, sino la actitud de aparentar una convivencia legítima; es decir, se entendió como ofensa lo que se interpretó como desprecio del sacramento. No obstante, la pusieron en libertad, porque, al parecer, era un sencillo caso de cohabitación sin derivaciones teológicas, pese a resultar la bigamia un grueso pecado. La infidelidad del clero El religioso que no cumple sus votos es tema importante para cualquier estudio de la Inquisición en cuestiones de sexo. En el período 1575-1610, un 6,4 por 100 de los procesos incoados en el Tribunal de Toledo, 52 casos, corresponden a presunciones de infidelidad. Como sabemos, era frecuente que el sacerdote cohabitase con su ama de llaves. En 1676 la Inquisición procesó a un párroco en Barcelona por este pecado, al que se define en los legados como «incontinencia», pero como el sacerdote tenia más de sesenta años y la mujer era vieja y desdentada, el castigo no pasó de una simple amonestación. Ilegitimidad y sodomía En la sociedad española de los siglos XVI y XVII era tan frecuente el coito prematrimonial como el resultado de la experiencia, esto es, el hijo inesperado, problema que cito pese a no ser habitual en la documentación de la Inquisición. Referiré el testimonio del doctor Batanero que, como ya vimos, ofrecía recetas para procurar abortos. Lógicamente! esta actividad es importante cuando la sociedad no admite a los hijos ilegítimos. Como el aborto no sjempre era posible ni fácil, se abandonaba a tos niños, lo que originaba problemas de saturación en los hospitales destinados a niños expósitos. En el sjglo XVI, tanto el poder seglar como la Inquisición, castigaban la sodomía con la hoguera, pero en el XVII, la Inquisición comenzó a dejar de utilizarla, aunque siguieran empleándola las autoridades civiles. Sin embargo, el clero, categoría importante de delincuentes, solía ser recluido en un convento. Asi se explica que fueran los conventos frecuente cuna de sodomía. Bestialidad Crimen poco frecuente y visto por lo general con horror, la bestialidad solía ser castigada con la pena capital. Barrionuevo, en sus Avisos para el año 1659. menciona algunos casos como éste: «Viernes quemaron en Alcalá el enamorado de su burra y el mismo día vino aviso quedaba preso en las montanas otro que se echaba con una lechona. Como si no hubiera mujeres tres al cuarto.» Mejor en Italia A través de estos ejemplos sacados de los papeles de la Inquisición. podemos vislumbrar características de la práctica sexual española. Ahora bien. ¿reflejan estos actos la mentalidad sexual? es decir, ¿compartían los españoles con las gentes de otros países esta actitud frente al sexo? No hay testimonios irrefutables y sólo podemos adivinar si eran más o menos púdicos que los extranjeros, cuyas opiniones de repulsa sobre la libertad sexual madrileña hemos transcrito. Es probable que a nivel popular hubiese menos licenciosidad que en las clases altas y aventuramos esta hipótesis basándonos en el proceso que la Inquisición de Barcelona incoó en 1665 a una actriz de veintidós años que había vivido en Italia y en España. Acusada de vivir escandalosamente, respondió que «era mejor tierra Italia que España». Otro acusado, un actor de veintiocho años, replicó que «quería volver a Liorna, porque allí viviría a su gusto». Son éstas criticas a la Inquisición, pero asimismo a la norma sexual vigente en España y que denotan un diferente comportamiento sexual en España respecto al de otros países europeos. Delitos contra la libertad e indemnidad sexuales son aquellos que atentan contra la libertad de elección sexual del individuo, o que promueven la sexualidad en algún sentido cuando el sujeto pasivo es menor de la edad de consentimiento estipulada por la ley o incapaz. Están incluidos el acoso sexual, la agresión sexual, el abuso sexual, el exhibicionismo, la provocación sexual y la corrupción de menores. España[editar] Todos, excepto el exhibicionismo y provocación sexual se subdividen en tipo básico y tipo agravado: Agresión sexual[editar] 2. Tipo agravado (comúnmente denominado Violación): En caso de que existan las mismas condiciones, y además acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal, o introducción de miembros corporales u otros objetos por vía vaginal o anal, se castigará con pena de prisión de seis a doce años. Art. 179 CP. La jurisprudencia interpreta este artículo de la siguiente manera: El acceso carnal se refiere a la introducción de un pene, que puede ser tanto del agresor a la víctima como de la víctima al agresor (es decir, que una felación del agresor a la víctima constituye violación). Violencia o intimidación especialmente vejatorias o denigrantes para la víctima. Si existe relación de parentesco o la víctima es especialmente vulnerable, la pena será la misma en su mitad superior. 2. Tipo agravado: Misma situación, pero con el acceso carnal, etc, descrito en la agresión sexual cualificada. El art. 182 castiga con la pena de prisión de cuatro a diez años. Acoso sexual[editar] 2. Tipo agravado: Si el acosador tuviera una posición de superioridad respecto a la víctima en uno de los ámbitos mencionados y expresara tácita o expresamente su intención de hacer uso de ella para causarle un mal, la pena será de prisión de cinco a siete meses o multa de diez a catorce meses por el art. 184.2 CP. Si la víctima es especialmente vulnerable, la pena será e seis meses a un año. Exhibicionismo y provocación sexual[editar] En el caso del la exhibición obscena, es castigado con pena de prisión de seis meses a un año o multa de doce a veinticuatro meses por el art. 185 CP. La provocación sexual, es decir, la distribución, venta o exhibición de material pornográfico a estos se pena con prisión de seis meses a un año o multa de doce a veinticuatro meses por el art. 186 CP. En caso de utilizarse locales (estén o no abiertos en ese momento al público) el juez podrá decretar su clausura temporal, con un máximo de cinco años, o definitiva. Disposiciones comunes[editar] Cualquier persona encargada del cuidado del menor o incapaz que sea víctima, y que sea condenada como autor o cómplice de uno de estos delitos será castigado con la mitad superior de la pena que corresponda (art. 192 CP), y retirar a la víctima de su cuidado por tiempo de seis meses a seis años. El acoso sexual suele estar colgado en internet. Las páginas, muy a menudo no están controldas. La sexualidad en la épica medieval española Hay excepciones, desde luego. A pesar de lo que acabamos de observar en la epopeya anglosajona, otro ramo de la epopeya germánica, la alemana, contiene mujeres poderosas y algunas escenas eróticas; el Nibelungenlied es de gran interés desde este punto de vista. Su equivalente en prosa, la saga islandesa, tiene a veces un acusado interés sexual5. Se trata, sin embargo, de excepciones. De todas las tradiciones épicas medievales que conozco, hay sólo una en la cual las mujeres dominan en la acción de los poemas, y el erotismo desempeña un papel fundamental, no como excepción sino casi como regla. Esta tradición atípica es la española6. Sostuve hace años que las mujeres dominan en el ciclo épico de los condes de Castilla7. Ahora creo que tal conclusión, que parecía quizás atrevida, fue demasiado cautelosa. No se trata sólo, en el ciclo de los condes, de mujeres dominantes, mujeres que funcionan socialmente como hombres, sino también de mujeres conscientes de su propia sexualidad. Hay más: el simbolismo sexual es bastante frecuente, y las escenas eróticas son a menudo fundamentales en el desarrollo de la acción. Si volvemos la mirada hacia los ciclos carolingio y cidiano, vemos que -a pesar de la ausencia casi total de mujeres dominantes- la sexualidad es casi tan importante como en el ciclo de los condes. La única excepción parece ser Roncesvalles: los cien versos que sobreviven no ofrecen una base adecuada para las hipótesis, pero es probable que el poema siguiera el modelo de la Chanson de Roland, en la cual las mujeres desempeñan un papel muy secundario, y no se hace caso de su sexualidad. No es difícil adivinar la cualidad en la cual Álvar -según las damas- supera a todos los demás, sobre todo a la luz de una frase de una versión posterior, en la cual Lambra «dixo [...] que non vedaría su amor a ome tan de pro si non fuese su pariente tan llegado»11. La enemistad creciente de doña Lambra para con Gonzalo González está mezclada con el interés sexual: La ambivalencia emocional de doña Lambra frente a su sobrino menor conduce a la tragedia para ambos personajes y para muchos más. La interpretación indicada por la acción y por las palabras de los personajes es subrayada por el simbolismo erótico: posible en la justa (en los cancioneros del siglo XV, la justa es una obvia imagen sexual), probable en el azor (compárese el halcón de Calisto en Celestina), y muy claro en el cohombro lleno de sangre12. Por lo tanto, la traición, punto culminante de una serie de afrentas y venganzas con acusados matices sexuales, será castigada por el hijo bastardo, fruto de los amoríos del cristiano encarcelado y la hidalga mora. Ella tiene muy pocas ganas de hacerlo, pero cede ante las amenazas de su hermano y, tratando de consolar al cristiano cautivo, inventa una historia de su marido y siete hijos, concluyendo con palabras de obvia incitación sexual: En la Crónica de 1344, pues, un acto sexual llega a ser el fulcro del argumento, surgiendo inmediatamente de la traición que constituye la primera parte del poema y conduciendo directamente a la venganza de la segunda parte. La conexión es inconfundible: hasta la decisión de Mudarra de salir de Córdoba para buscar a su padre en Castilla es una reacción a una injuria que se refiere a su nacimiento: La parte dominada por doña Lambra se une, pues, con la dominada por doña Sancha mediante una escena erótica en la cual la princesa toma la iniciativa15. Una mujer desempeña el papel decisivo en cada parte de la segunda versión de los Siete infantes, y los móviles sexuales determinan el desarrollo del argumento. La sexualidad se intensifica en el desenlace también: en vez del aviso casual de una esclava al joven Sancho, el secreto de la condesa es delatado a causa de una aventura amorosa: La asistencia sexual a discapacitados llega a España Sin embargo, nadie se cuestiona los beneficios terapéuticos de la asistencia sexual en la diversidad funcional. “El beneficio está en dar salida a unas necesidades que algunas personas no pueden satisfacer, aunque en función de la discapacidad, hay un impacto diferente en el cuerpo, ya sea motor o sensitivo”, explica Anna Gilabert, psicóloga de la unidad de sexualidad y del equipo de psicología clínica del Instituto Guttmann , que se ha convertido en una fuente importante de conocimiento en la sexualidad del colectivo de discapacitados gracias a los dos masters que ofrece con módulos de sexualidad. La preocupación por la sexualidad emerge una vez la persona avanza en la rehabilitación y gana seguridad en el aspecto funcional. “Abordamos esta faceta con la persona y la pareja, si la hay. Intentamos que las personas trabajen y confíen en sus propios recursos”, añade Gilabert, quien afirma que de momento no tienen pensado ofrecer los servicios de asistencia sexual en el Instituto Guttmann pero “vemos con buenos ojos cualquier iniciativa. No estamos cerrados a nada”. Satisfacer la necesidad de un hijo En las discusiones sobre la conveniencia o no de asistir sexualmente a un discapacitado, desde la Asociación de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos de Catalunya ( Aspaym ) apuntan que “es una asistencia más, no quiere decir que todo el mundo apueste por esta línea”. Patricia Carmona, su presidenta revela que “hay mucha ansiedad de padres con discapacitados psíquicos porque hay jóvenes que no tienen oportunidades sexuales. Son losmismos padres que a veces satisfacen a sus hijos, y esto no corresponde. Debe haber profesionales que sepan cómo hacerlo”. Debate recién estrenado Mientras se espera una regulación, el debate sobre las necesidades sexuales de las personas con diversidad funcional ha dado hasta ahora pequeños pasos. En Catalunya, la organización Sex Asistent ( Mitología de la Sexualidad ), de la mano de su fundadora Silvina Peirano, fue la pionera, la primavera del 2012, en hablar sobre el tema. “Superar el estigma sexual asociado a la condición de discapacidad”, es el leitmotiv de esta entidad. Rafael Reoyo, su coordinador actual, cree que “aunque existan unos derechos sexuales, el problema es que si no se desarrollan políticas para que sean efectivos, son papel mojado”. Desde Sex Asistent también están trabajando en la configuración de una formación específica del asistente sexual. Ningún movimiento oficial Este diario ha consultado con el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, pero las autoridades catalanas no tienen prevista ninguna iniciativa en este ámbito. “Ni siquiera se ha hablado ni tratado el tema”, apuntan en la consejería. Por lo que respecta al gobierno español, desde la Dirección General de Políticas de Discapacidad del Ministerio de Sanidad están informados de lo que pasa en el resto de Europa, pero explican que “todavía es un tema a estudiar y es un asunto complejo”. Experiencia pionera en Catalunya Cuando una persona se expresa sexualmente, tiene mejor calidad de vida. Esta es una de las creencias bajo las que Tandem Team Barcelona , una asociación sin ánimo de lucro, ha puesto en marcha el primer protocolo para la promoción y facilitación de la asistencia sexual para personas con diversidad funcional. El proyecto ve la luz al margen de la acción de las administraciones públicas. Una propuesta selectiva El objetivo de Tandem Intimity, el nombre que recibe el protocolo, es servir de puente entre las personas que quieren recibir y ofrecer asistencia sexual. Para ello, se han fijado en el modelo belga y holandés, y se basan en una selección personalizada de usuarios y asistentes, a los que ponen en contacto y que luego llegan a los acuerdos que libremente decidan. “El acuerdo económico, si existe, es entre el usuario y el asistente. Nosotros no lo fiscalizamos”, explica María Clemente, psicóloga especializada en neurorehabilitación y miembro del equipo de la asociación. Ella se ha encargado de realizar las entrevistas a las personas candidatas a prestar y tomar la asistencia. En el proceso de selección de los asistentes han valorado la experiencia de cada persona en la asistencia personal. También los límites a los que están dispuestos a llegar (caricias o coito), tipo de discapacidad (física o psíquica), edad del usuario y, sobre todo, la motivación. “Si sólo es económica, como en la prostitución, hemos descartado a la persona”, aclara María. Asistencia homosexual y heterosexual El protocolo se ha ensayado con un programa piloto de 15 pruebas de asistencia sexual en la que han participado 11 usuarios. Tandem Team cuenta con ocho chicos, uno de ellos homosexual, y seis chicas, de las cuales algunas también ofrecen servicios bisexuales. Son personas “del ámbito social, que han trabajado la diversidad funcional, que hacen deporte adaptado, enfermeras… y todas tienen una sensibilidad especial”, añade Clemente, quien destaca la respuesta positiva de las pruebas, sobre todo de los familiares de discapacitados psíquicos. Cómo funciona el protocolo Una vez recibida la solicitud de asistencia, la asociación sugiere una entrevista de 20 minutos entre asistente y usuario para que ajusten expectativas y éstos, a su vez, reportan sus impresiones a la coordinadora de Tandem Intimity que recomienda o no continuar con la asistencia. A partir de ahí, ya no interviene y las personas tienen la libertad para llegar a los pactos que crean necesarios. El número de asistencias que puede realizar un usuario es ilimitado. La prostitución, al margen Las pruebas piloto han servido para ajustar expectativas sobre una necesidad latente y descartar por completo las cuestiones económicas, que pueden hacer desviar el debate hacia la prostitución. “Aquí no hay lucro alguno, la figura del asistente sexual es más un asistente en la diversidad, un terapeuta. Los fines son claros en el objeto social de la asociación”, explica Leire López, directora ejecutiva de Vosseler Abogados, el bufete que ha ayudado a Tandem Team a constituirse. LA SEXUALIDAD EN LA ANTIGÜEDAD : EL MEDIEVO, ROMA, GRECIA, Y LA ESPAÑA MUSULMANA Las creencias medievales acerca de la moral sexual descansaban sobre ideas tomadas, en gran parte, de fuentes no cristianas de la más remota antigüedad. Muchas creencias y actitudes sobre el sexo, en la Europa medieval, eran cristianas por adopción y no por origen. Cristo dijo notablemente poco acerca de la conducta sexual, el sexo no ocupó un lugar central en sus enseñanzas morales. Los escritores cristianos se apropiaron de numerosas ideas y prácticas de fuentes paganas y judías. Percatándose de que el sexo estaba relacionado con lo sagrado, que el éxtasis estaba vinculado, en cierta forma, con lo sublime. Esta creencia apareció en muchas deidades antiguas. La relación sexual era considerada una fuente de impureza ritual en muchas religiones antiguas. El estoicismo influyó sobremanera y dio muchas de sus ideas básicas a los Padres de la Iglesia, acerca de la conducta sexual. Fue una síntesis de ideas éticas estoicas con antiguas creencias religiosas apoyadas en un razonamiento teológico basado también en las escrituras hebreas, unido todo ello por un mosaico de teorías inventadas en los siglos IV y V. La moral sexual cristiana empezó a cobrar forma de doctrina durante estos siglos. Hasta el siglo XIV, el derecho canónico retuvo el monopolio del control legal de la lujuria. Como parte de nuestra herencia medieval, casi todos conservamos una creencia profundamente arraigada, en el que el sexo es algo vergonzoso, según las cuales el sexo era fuente de deshonra moral y de contaminación espiritual, por tanto, la sexualidad humana era algo de lo que había que avergonzarse. No hay ninguna razón indispensable para considerar el sexo como algo virtuoso o como algo bajo. Pero aunque el sexo pueda ser algo moralmente indiferente en sí mismo, los recursos adoptados para controlarlos rara vez han sido moralmente neutrales. EL MEDIO ORIENTE EN LA ANTIGÜEDAD El Código de Hammurabi, en Babilonia, cerca del año 1750 a. C las leyes de Hammurabi identificaron cierto número de delitos sexuales y prescribían los castigos correspondientes. Por ejemplo, el Código establecía que una mujer casada que hubiera cometido adulterio había de morir ahogada, ella y su amante eran atados y arrojados al agua para que perecieran juntos. Los Babilonios no definían el matrimonio como una relación sexual exclusiva. Entre los cultos antiguos se rendía devoción a las deidades fenicias Istar y Astarté. Estas diosas andróginas personificaban los anhelos sexuales de sus devotos. GRECIA La atracción sexual, el rapto y la infidelidad ocuparon un lugar central en los poemas homéricos. La diosa Afrodita pasó a ser patrona del amor y del sexo entre los griegos. Los pensadores griegos prestaron considerable atención a la actividad sexual. Nunca pensaron que el sexo fuese un mal ni atribuyeron gran valor a la continencia, sin embargo, sí consideraron algunas actividades sexuales como inmorales, siendo un delito grave la seducción de las mujeres solteras y viudas, aunque el coqueteo y la relación sexual con hombres jóvenes no eran considerados totalmente incompatibles con el matrimonio. Aristóteles afirmó que los maridos atenienses tenían el mismo deber que sus mujeres de observar la fidelidad sexual. Los griegos desaprobaron las relaciones sexuales o el matrimonio entre parientes cercanos. La prostitución griega no era exclusivamente femenina, el ciudadano que voluntariamente tuviese relaciones sexuales con otro o a cambio de dinero, perdía derechos políticos y a los extranjeros que la ejercían, se les exigía un impuesto especial. Una profunda ambigüedad corre por todos los escritos de Platón sobre este tema. A veces, vio el sexo como elemento positivo de la naturaleza humana. Pero otras veces, lo consideró como una distracción en busca de la belleza y la verdad. En su obra el Simposio, Platón describió el sexo como manifestación del amor, viendo un componente de la eterna búsqueda humana de la armonía ente el cuerpo y el alma. Aristóteles crítico los placeres producidos por el tacto y el gusto, también afirmó que la búsqueda de sensaciones gratas conduce al libertinaje y embrutecía a los hombres. El tipo deseable de amor, el verdaderamente humano, era el que trascendía el deseo y la pasión. El amor que es frío, racional y no sexual. Epicuro (342-270 a.C) Tuvo una visión positiva del placer. Escribió: “El placer es la norma por la cual juzgamos cualquier bien”. Los cínicos no vieron nada malo en el goce del placer sexual. Los cínicos creían que las personas debían satisfacer sus deseos sexuales de la manera más sencilla y menos complicada. Algunos de los primeros estoicos habían aceptado la práctica del amor libre, afirmando que las relaciones sexuales no tenían que limitarse al ámbito conyugal. Séneca advirtió que los sabios debían desconfiar de la influencia corruptora del placer. La general desaprobación del sexo por los estoicos se basaba en la idea de que la razón humana se desvanecía durante el acto sexual. Estas ideas influyeron poderosamente sobre la visión moral y ética de la élite intelectual grecorromana. LA CONDUCTA SEXUAL EN LA ANTIGUA ROMA El trato dado por los romanos a los temas sexuales se ha descrito como extraordinariamente desapasionado. Lucrecio (97-54 a.C) imagesobservó que los deseos sexuales humanos eran fundamentalmente insaciables. La búsqueda de la satisfacción sexual fuera del matrimonio dio a los escritores cómicos y satíricos, un tema continúo. Al parecer, los romanos consideraban el apego emocional. Los testimonios conservados son exiguos acerca del interés por la satisfacción sexual y emocional dentro del matrimonio. Durante el periodo imperial, el concubinato fue de lo más común en todos los niveles de la sociedad romana tradicional. La prostitución masculina y femenina fue una industria floreciente a lo largo de toda la historia romana. Las prostitutas que ejercían en los prostíbulos, tenían que registrarse ante los magistrados, y pagaban un impuesto llamado la vectigalia meretricum Los romanos toleraban toda una variedad de prácticas sexuales. La masturbación de ambos sexos era considerado como un sustitutivo intachable pero insatisfactorio. No entrañaba estigma social, aunque a veces era tachado de pueril. Había también prostitución infantil, enviar a los hijos “sobrantes” a los prostíbulos era un recurso común de los pobres. Los varones romanos de la clase alta aficionados a la sodomía reclutaban a esclavos para satisfacer sus deseos. Las relaciones lésbicas provocaban mayor oprobio que la de los hombres. Tal vez porque pensaran que el lesbianismo amenazara su autoestima. En Roma, la castidad era una virtud imposible de encontrar desde la edad de oro, según palabras del poeta Juvenal, de modo que algunas romanas podían aspirar al título de mujeresliberadas. Ovidio escribe el Arte de amar, Lucrecio y Marcial, hablan sin complejos de la fornicación. En Pompeya se descubren unos frescos casi pornográficos que atestiguan una profunda experiencia del sexo. Fue bastante después de Jesucristo cuando para la Iglesia y los cristianos, la sexualidad se convirtió en una obsesión. San Pablo apuesta por el celibato, sin embargo, no son ermitaños insensibles, al contrario, son hombres con una pasado frívolo y que no se arrepienten con facilidad: Dadme la castidad, pero no enseguida”, escribe San Agustín. Jerónimo, se consumió en el desierto de Calcis, como muchos otros ermitaños, en el recuerdo de sus aventuras carnales. Durante la inquisición aparece el El espejo o el libro de mujeres, también denominado el Kamasutra Catalán, en el que se encuentran descripciones de posturas, propuestas de afrodisíacos y una especial atención al placer femenino: “Si el hombre termina pronto y la mujer tarde, ésta se siente desdeñada. Entonces, para evitar frustrar a la dama, se aconseja al caballero que consuma pan de trigo, cordero, vino tinto, canela y pimienta”. Y recordando al Kamasutra hindú, la religión tántrica, contrariamente al cristianismo que detesta el placer, cultiva ésta la voluptuosidad sexual, ya que la considera como un medio de liberación. La India, un país en el que el falo (el lingam) es adorado como un dios, aparece representado con su mujer, la vulva y Diosa Parvati. En China, el amor, está considerado como una sutil alianza entre el Yin, fuerza positiva femenina, y el Yang, fuerza activa que brota del esperma. El órgano masculino es nombrado como el Tallo de Jade, y el de la mujer, cuyo embriagador perfume alaban los poetas Roja Flor o Pórtico Bermellón. LA SEXUALIDAD EN LA ESPAÑA MUSULMANA Muy pocos trabajos han dado cuenta de forma monográfica y con conocimientos de especialistas, de los comportamientos eróticos de la sociedad musulmana de nuestro Medievo. Las pocas alusiones provienen de referencias dispersas y aisladas, sobre todo de poetas arábigo andaluces. Según Levi Provencal, la sociedad de al-Andalus del siglo IX podía rivalizar con la bagdadí de su tiempo por lo disoluto de las costumbres. Esta relajación de costumbres sexuales se va acentuando a medida que la situación política y social se resquebraja y deteriora después de derrumbarse el Califato omeya, se da un aumento considerable de concubinatos. Según la hisba, que era un Tratado de costumbres, la relajación concernía a musulmanes, judíos y cristianos. En Granada nasrí, se da la prostitución, el abuso del vino y la sodomía en todos los niveles sociales. Por razones morales y teológicas la actitud musulmana ante la atracción del sexo, la pasión erótica y el placer sexual, es distinta de la adoptada por el cristianismo. Desde los escritos de Álvaro y San Elogio y en toda la literatura medieval cristiana, las críticas vertidas han ido creando una imagen que exagera la libertad moral y el libertinaje en el Islam. Por ello, se ha comprobado que los traductores de la literatura árabe ocultan o traducen con sonrojo y embarazo, acciones o situaciones concretas eróticas por el prejuicio medieval de considerar la ética musulmana como un desbordamiento de pasiones sensuales y hedonistas que reproduce en cierta forma, la inmoralidad del paganismo helénico y romano. En la España musulmana, la poligamia era un fenómeno corriente, circunscrito a la clase media y acomodada, ya que el pueblo llano no disponía de recursos. En los barrios pobres, la mujer gozaba de mayor libertad de movimiento, a juzgar del episodio que nos cuenta Ibn Hazm en su Collar de la Paloma Sobre las señales del amor, dice este Tratado: “Tiene el amor señales que persigue el hombre avisado y que puede llegar a descubrir un observador inteligente. Es la primera de todas la insistencia de la mirada, que deja ver sus interioridades, revela su intimidad y delata sus secretos. Así, verás que cuando mira el amante, no pestañea y que se muda su mirada adonde el amado se muda, se retira adonde él se retira, y se inclina adonde él se inclina”. En otro pasaje, relata: “Cuando dos amantes se corresponden y se quieren con verdadero amor, se enfadan con frecuencia sin venir a qué; se llevan la contraria, aposta; en cuanto dicen; se atacan mutuamente por la cosa más pequeña, y cada cual está al acecho de lo que va a decir al otro para darle un sentido que no tiene”. “La distinción entre estos enfados y la verdadera ruptura o enemistad, nacida del odio y de la animosidad enconada de la querella, es la prontitud con la que se reconcilian.” Sobre el amor nacido tras largo trato, escribió: “Yo no paro de maravillarme de todo aquel que pretende haberse enamorado por una sola mirada, ni atino a darle crédito, ni tengo su amor sino como una especie de apetito carnal. No puedo concebir, en mi opinión, que tal amor llegue a lo más secreto del alma ni penetre las entretelas del corazón. Jamás amor alguno prendió en mis entrañas, sino tras de mucho tiempo, luego de haber convivido largamente con una persona y de haber compartido con ella chanzas y veras.” “Otra señal es la sorpresa y ansiedad que se pinta en el rostro del amante cuando impensadamente ve a quien ama o éste aparece de súbito, así como el azoramiento que se apodera de él cuando ve a alguien que se parece a su amado, o cuando oye nombrar a éste de repente.” Son famosas las amplias “libertades” de Wallada, la hija del califato omeya al Mustakfi que prescindía en el amor de los prejuicios morales instaurados por los hombres. Por las descripciones poéticas, algo idealizadas, parece que gustaban las mujeres morenas, de amplias caderas, estrechas cinturas y gruesos senos. En la época califal tenían como rivales las incontables jóvenes cautivas traídas del Norte de España, rubias y de ojos azules. La homosexualidad femenina hasta la caída del Califato era cosa de los secretos del serrallo donde numerosas concubinas pasaban meses y meses sin recibir la visita de los hombres. En la aristocracia la mujer llegó en muchos casos a liberarse sexualmente. A finales del siglo XI y comienzos del XII se inicia en Francia una manera de sentir el hombre a la mujer que no guarda precedentes ni en la cultura antigua ni en la Edad Media. “El hombre se complace en considerar a la mujer como algo superior a él. Se le rinde culto.” “ La mujer es “señora” y el hombre su vasallo. La sensualidad, aparece aquí y allá en las trovas”. “El sentimiento hacia la mujer que enuncian los trovadores implica distancia. La amada aparece situada en la lejanía.”No está al alcance de la mano, y por tanto, de la caricia. No es algo que se acaricia y de que se goza, sino algo de que se está dolorosamente separado y que se echa de menos.” Articulos diversos de varias webs, recopilados con ánimo de informar y aprendizaje, sin ánimo de lucro ninguno. La prostitución se define como el acto de participar en actividades sexuales a cambio de dinero. La prostitución puede ser ejercida desde todas las orientaciones sexuales. El término genérico empleado para referirse a quien la ejerce es prostituto/a. En algunos casos, la persona implicada en ésta actividad puede estar obligada a ello mediante engaños o extorsiones de diferentes tipos. La prostitución es la "actividad a la que se dedica quien mantiene relaciones sexuales con otras personas, a cambio de dinero",1 aunque suele considerarse del mismo modo cualquier otro tipo de retribución. Una versión ampliamente extendida sobre el origen del término, aunque incorrecta, afirma que el término «puta» viene del verbo latino putare, ‘pensar’. Se argumenta que, con la progresiva conquista romana de las antiguas zonas griegas, aumentó la cantidad de esclavos y esclavas de dicho pueblo. Al ver los romanos que las mujeres (a las que al parecer usaban mayoritariamente como prostitutas) eran conocedoras de la ciencia y la política, las calificaron como pensadoras o, en latín, putas. Aunque no deja de tener cierto encanto, esta versión contradice la propia historia de Roma, que no sometió a las ciudades-estado griegas a una conquista súbita, sino a una progresiva absorción. Por otra parte, aunque en la Grecia clásica las hetairas tenían gran preeminencia, en general el papel de la mujer en la cultura griega era muy secundario. Además, prostitutio y putare no tienen raíces comunes. Puta, como equivalente de «prostituta», se debe tan sólo a una contracción vulgar del término original. Curiosamente existía en el panteón romano una diosa menor de la agricultura llamada Puta, aunque es pura coincidencia. En este contexto, «puta» es un vulgarismo relativamente moderno, desconocido para los romanos. Sinónimos A lo largo de la historia ha existido una gran cantidad de términos tanto para referirse a la prostitución como a las personas que la practican, a los clientes, a los lugares y a las actividades relacionadas. Los distintos países de habla hispana usan distintos términos coloquiales como sinónimo de prostituta, con mayor o menor carga negativa, existiendo una gran cantidad de términos en cada variante dialectal del español, algunos empleados históricamente, y otros aún en uso. El término coloquial más extendido en los países de habla hispana para referirse a una prostituta es puta, palabra que conlleva una fuerte connotación despectiva. De hecho, y debido a que suele emplearse como insulto, su uso ha sobrepasado el de la descripción de una profesión, y en muchos países se usa para adjetivar de forma grosera otro elemento, al estilo del término inglés fucking. Otros términos actuales o históricos para referirse a las prostitutas de sexo femenino son "dama de compañía", "cortesana", meretriz, cuero, loba, puta, pupila, mujerzuela, zorra... El término «loba» como equivalencia de «prostituta» viene de los ritos producidos en febrero en honor al dios Fauno Luperco. Eran llamadas lobas u originalmente lupas las que ejercían la prostitución sagrada con los sacerdotes de este dios, los luperci, en el Ara Máxima. De aquí deriva también «lupanar», que se emplea para referirse al prostíbulo (burdel o «casa de citas», es decir, el sitio al que llega el cliente a pagar por los servicios de una prostituta). En el caso de los hombres se les puede denominar «prostituto», «chichifo», «chulo» o «gigoló». En Iberoamérica se usa normalmente para referirse en sentido homofóbico a cualquier varón homosexual,6 no necesariamente al varón que presta servicios sexuales a cambio de dinero. Recientemente, cuando se comienza a reivindicar la seriedad del trato, se habla de "trabajador sexual". Sinónimos de prostitución por países La proxeneta por Dirck van Baburen (1622). Oriente próximo Los antiguos historiadores Heródoto y Tucídides documentan la existencia en Babilonia de la obligación para todas las mujeres, al menos una vez en su vida, de acudir al santuario de Militta (la Afrodita griega, o Nana/Anahita) para practicar sexo con un extranjero como muestra de hospitalidad, a cambio de un pago simbólico. La prostitución estaba bien presente en Cerdeña y Sicilia, así como en varias culturas fenicias, en las que se practicaba como rito religioso en honor de Astarté. La práctica de la prostitución se extendió por todos los puertos del Mar Mediterráneo, presumiblemente en alas de las expediciones comerciales fenicias.[cita requerida] La Biblia también hace numerosas referencias a la prostitución. Grecia clásica Escena sexual, en la que se incluye una bolsa para monedas colgada de la pared, ilustrada en una copa de vino de la antigua Grecia . Solón fundó el primer burdel (oik'iskoi) de Atenas en el siglo VI a. C., y con los beneficios mandó construir un templo dedicado a Aprodites Pandemo (o Qadesh), diosa patrona de dicho negocio. Sin embargo, el proxenetismo estaba terminantemente prohibido. En Chipre y Corinto se practicaba un tipo de prostitución religiosa en un templo que contaba con más de un millar de prostitutas (hierodules, Gr: ιερόδουλες), según Estrabón. Cada categoría especializada de prostitución tenía su propio nombre: había chamaitypa'i, que trabajaban en el exterior (tumbadas); perepatetikes, que encontraban clientes mientras caminaban y luego se los llevaban a sus casas para realizar el trabajo; gephyrides, que trabajaban cerca de puentes. En el siglo V a. C., Ateneo nos informa de que el precio de un servicio era de un óbolo, un sexto de dracma, lo que equivalía al salario medio de un día. La prostitución masculina era común en Grecia. Generalmente era practicada por jóvenes adolescentes, un reflejo de las costumbres pederastas de la época. Los jóvenes esclavos trabajaban en burdeles en Atenas, mientras que un muchacho libre que vendiera sus favores se arriesgaba a perder sus derechos políticos una vez alcanzase la edad adulta. Antigua Roma Mesoamérica Edad Media El Renacimiento Del siglo XVIII a la actualidad Interior de un burdel, pintura de Henri de Toulouse-Lautrec. Países comunistas Tipos de prostitución También se practica en aceras de calles urbanas y laterales de carreteras industriales, así como en bares y clubes nocturnos, hoteles y servicio a domicilio. Prostitución masculina Prostitución callejera Este tipo de prostitución es considerada como una de las que conlleva más riesgos para la prostituta, pues se exponen al ataque de delincuentes o pervertidos violentos. También, se considera que es la que conlleva más riesgos de tipo sanitario para quienes la practican.[cita requerida] Escort Gigoló Establecimientos ...puede ser un primer paso para abrir la vía a una sexualidad más humana, vivida de otro modo Situación legal por continentes y países Prostitución legalizada y regularizada. Las Naciones Unidas, ya en 1949, promovieron una convención para el control de la prostitución y la lucha contra el tráfico de personas esclavizadas generado a su alrededor.18 Las Naciones Unidas declaró en 2009 que las estimaciones muestran que podría haber alrededor de 270.000 víctimas de la trata de personas en la Unión Europea.19 Tales aproximaciones son a menudo, pero no siempre, hechas desde el punto de vista de que la prostitución es imposible de eliminar, por lo que la sociedad ha decidido regularla de manera que se reduzcan las consecuencias indeseables. Los objetivos de tales regulaciones incluyen el control de infecciones de transmisión sexual, reducir la esclavitud sexual, controlar dónde pueden ubicarse los burdeles y disociar totalmente la prostitución de las organizaciones criminales. Asia República Popular China20 Sudán, considerada ilegal, con penas severas, incluyendo la pena de muerte.30 Existe polémica en muchos países acerca de lo que debe ser considerado ilegal: la venta de los servicios o la adquisición de éstos. El modelo nórdico31 o modelo sueco es considerado el marco legal más avanzado respecto a la prostitución desde la perspectiva de los derechos humanos. El modelo nórdico, actualmente en vigor en Suecia, Noruega, Islandia e Irlanda del Norte en 2014,32 parte de la base que la prostitución es la explotación de un ser humano y debe erradicarse. Bajo el modelo nórdico la práctica de la prostitución no es ilegal (porque la ilegalidad sólo pone en situación vulnerable a las prostitutas), ni tampoco legal (porque la legalidad, como se ha demostrado en Holanda, sólo hace crecer la demanda y, por tanto, el mercado negro: la trata de personas), sino que está despenalizada. Es decir, la prostituta no incurre en ninguna falta legal - no se le va a castigar por su propia explotación-. Sin embargo, el comprador de servicios sexuales es considerado un explotador y es al que el modelo nórdico sanciona. En otras palabras, es ilegal comprar servicios sexuales, pero no venderlos.33 Al atacar la demanda, el modelo nórdico ha probado ser muy eficaz en prácticamente eliminar la prostitución en estos países, además de generar un cambio social.34 En Europa la prostitución es legal y regulada en: los Países Bajos, España.35 La prostitución es una actividad que no está ni ha estado nunca reglamentada en ningún sentido, no siendo ilegal, pero tampoco legal. No está reconocida como parte de la vida social, pero sin embargo sí es tenida en cuenta a la hora de contabilizar el producto interior bruto (PIB)36 La figura de la prostituta está también estrechamente ligada a la del proxeneta, persona que recibe un porcentaje de los beneficios conseguidos por la misma. En principio el proxeneta recibe ese dinero como pago por un servicio, habitualmente el de actuar como mediador entre la prostituta y el cliente, proveer la habitación o lugar donde tiene lugar el servicio sexual, proveer algún tipo de protección a la trabajadora sexual, etc. Sin embargo, cuanto más marginal es el tipo de prostitución, más se convierte el proxeneta en un mero extorsionador, que en su grado más bajo retiene a las prostitutas bajo su control mediante amenazas y abusos que incluso llegan a la violencia física (secuestros). Esta situación es más habitual (y prácticamente la norma) en países donde la prostitución es ilegal. Sanidad y prostitución Las respuestas a este problema pueden ser, o bien intentar prohibir definitivamente la prostitución, o establecer un registro de las prostitutas y prostitutos encaminado a que realicen controles médicos periódicos, o animar de manera informal a prostitutas y prostitutos, y a sus clientes, a utilizar medios de protección y a someterse a revisiones médicas. Las dos primeras alternativas son consideradas frecuentemente inadecuadas. Prohibir la prostitución significa que ésta se convertiría en una actividad a escondidas, con lo cual aumentarían aún más los problemas sanitarios, y también criminales. La segunda alternativa, consistente en llevar un registro de las prostitutas y prostitutos, convertiría al estado en cómplice de esta actividad, y no solucionaría el control sanitario de todas aquellas personas que trabajan en esta profesión de manera oculta. En consecuencia, según muchos expertos sólo queda la tercera vía, que depende de la voluntad de todos los implicados. Prostitución infantil Cuando un individuo busca mantener relaciones sexuales con niños o niñas y no quiere correr el riesgo de ser denunciado, tiene una segunda opción: acudir a la prostitución de menores. Esto sólo si dispone de dinero suficiente como para permitírselo. Por otro lado, se encontrará con la dificultad de encontrar un individuo o club que se lo facilite, pues la prostitución infantil se esconde mucho más que la prostitución de adultos. Pero una vez salvados estos dos obstáculos, cualquier individuo puede convertir en realidad sus fantasías con una niña o un niño, esclavizado y obligado a ser un objeto para el uso sexual. Dicha prostitución no suele ser voluntaria y va acompañada del miedo, el hambre, las drogas y multitud de circunstancias más, que pueden convertir la existencia tanto de un menor como de un adulto en un auténtico infierno. En España son desarticuladas redes de corrupción de menores todos los años, a quienes además se les incautan miles de fotografías y vídeos de menores, que serán vendidas de particular a particular o mediante catálogo y casi siempre en países distintos al de procedencia para evitar su posible identificación. A principios de 1996 el Director General de Protección Jurídica del Menor del Ministerio de Asuntos Sociales reconocía ante los medios de comunicación la existencia en España de mafias dedicadas al tráfico de menores. Además de niños y niñas españoles, en la península se compran y venden fundamentalmente menores portugueses, dominicanos, marroquíes y procedentes de países del Este de Europa. Aspectos legales Prostitución e inmigración ilegal Esta oficina define, en su generalidad, la trata de personas como la acción de captar, transportar, trasladar, acoger o recibir personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación.53 Este mismo organismo publica mapas de los lugares de origen y destino de este tráfico de seres humanos. Organizaciones relacionadas con la prostitución Wikipedia |