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Salvatierra de los Barros |
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Salvatierra de los Barros es un municipio español, perteneciente a la provincia de Badajoz (Comunidad Autónoma de Extremadura), conocido internacionalmente por lo que ha sido desde hace siglos una de sus vértebras económicas: la alfarería. Junto a la alfarería destaca la cría del cerdo ibérico que campa en las grandes dehesas que configuran, a su vez, paisajes de singular belleza; mares de encinas y alcornoques que se pierden en el horizonte. Una nueva artesanía que va tomando fuerza es la del corcho y las pieles, ambas localizables en talleres de la carretera de Zafra. Son también importantes las fábricas de salazón de Jamón, existiendo varias en la población. Situación Calle Céntrica de Salvatierra. Enero de 2017 La población se asienta sobre un terreno en pendiente, configurando un conjunto de acusado plasticismo, compuesto por edificaciones de sabor popular, muchas con esgrafiados en las fachadas, grandes chimeneas, y otros componentes de singular atractivo formal. Ocupando además una posición estratégica pues se halla situada en una encrucijada de caminos que la conecta con todos los núcleos de los alrededores. Historia Ayuntamiento. Su apelativo debe considerarse relacionado, no con el partido judicial que así se denomina, de la que Salvatierra se encuentra separada por un conjunto de sierras que establecen una clara divisoria entre los territorios de las dos vertientes, y en los que, dado el alejamiento y las evidentes diferencias geofísicas, no resulta encuadrable, sino con el material que sirve de base a la actividad por la que la población resulta universalmente conocida: la arcilla alfarera o barro. Debe aclararse, en todo caso, que el topónimo con que la localidad aparece señalado históricamente hasta mediados de la centuria pasada, en alusión directa a su alfarería, es Salvatierra de los Jarros, y no de los Barros, siendo por tanto relativamente reciente esta última denominación. La característica que mejor singulariza el lugar es su cualidad como destacadísimo centro alfarero de renombre secular, actividad hoy en regresión, pero de la que hace sólo unas décadas existían en funcionamiento más de medio centenar de talleres, haciendo de Salvatierra el centro de esta especialidad más significado de Extremadura, y aun de España. Hasta época muy reciente, la existencia de la localidad se encontraba presidida en todos los aspectos por la dedicación a su ancestral artesanía. En sus alrededores proliferan los "barreros", o lugares de los que se extrae la característica arcilla roja, que es llevada hasta el alfar donde se somete a un proceso de transformación hasta quedar dividido en las conocidas pellas o "pellotes" que se emplean para confeccionar las piezas en la rueda del torno. Alfarería Los objetos más representativos de la alfarería tradicional de Salvatierra eran las tinajas, cántaros, botijos, barriles, jarros, chingues, micos, lebrillos, platos, etc. La distribución de esta artesanía corría a cargo de los populares arrieros o botijeros, que con su frágil mercancía cargada entre paja sobre los característicos borricos, para venderlos (a reales, a medio real o a peseta) por toda España y parte de Europa, llevando hasta los últimos rincones del mundo los cacharros de Salvatierra, y con ellos, el nombre de esta localidad extremeña. En la actualidad existe el Museo de la Alfarería en esta localidad, que muestra la interesante labor y la cultura de los alfareros y los habitantes de este singular pueblo. También se celebra en mayo una feria bianual de alfarería de gran interés. Patrimonio Iglesia de San Blas. Otra construcción de singular interés situada en sus proximidades, es el Pozo de las Nieves que se localiza en el paraje de Los Baños del Moral, ocupando un paraje de extraordinaria belleza natural. Esta instalación, destinada a contener nieve, consta de dos torreones cilíndricos de piedra, con sólidas bóvedas de ladrillo y diversas dependencias anejas. Fue construido en el siglo XVI por los Señores de Feria, y por su extraordinario valor etnográfico como pieza única en el apartado de la arqueología industrial de la región, en 1990 fue declarado Bien de Interés Cultural. En el mismo ámbito, sobre el lugar del Charcón, se encuentran los Baños del Moral, cuyas aguas ferruginosas y bicarbonatadas se emplean contra el escrofulismo y otras dolencias. El centro que articula la trama es la parroquial católica bajo la advocación de San Blas, en la Archidiócesis de Mérida-Badajoz.,3 siendo una obra de aspecto militar, con maciza torre cuadrangular. En la cabecera presenta hornacina adornada con escudos y otras piezas procedentes de edificaciones ya desaparecidas, entre ellas el convento franciscano primitivamente enclavado en Salvaleón. En la calle Alcantarilla, o de Jerez, se conserva, empotrada en una fachada, una lápida romana, ya mencionada por Solano de Figueroa.
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