España / Comunidad autónoma de Castilla-La Mancha / Provincia de Toledo / PolánPolánRegreso a La Mancha Inicio |
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Polán es un municipio español de la provincia de Toledo, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Distintos hallazgos arqueológicos como una estela funeraria romana, ponen a Polán en contacto con la época romana, y su proximidad a Toledo –así como más restos arqueológicos encontrados en sus alrededores- hacen suponer que debió ser un lugar poblado por visigodos y árabes. Su topónimo “pola” hace referencia a “puebla”, a una repoblación cristiana que se efectuó entre la Reconquista de Toledo por Alfonso VI y la posterior ampliación de las fronteras del sur del Tajo, ya bajo el reinado de Alfonso VII, quien dividió el territorio en cuatro partes, una para Domingo Abumelec, y tres para el mozárabe Miguel Azarafi, quien repartió la mitad entre cuarenta y seis pobladores que, mediante una carta puebla, fundaron Polán. Geografía Historia Los historiadores señalan dos grandes combates en el entorno de Polán en época romana: uno el 185 a. C. y otro el 182 a. C., ambos saldados con derrotas de la población indígena. La posterior red viaria romana propició la creación de dos núcleos urbanos, Iturbida y Libura, uno a cada orilla del Tajo: el de la derecha entre Malpica de Tajo, El Carpio de Tajo y La Puebla de Montalbán, y el de la izquierda en Alpuébrega. Edad Media Durante la Reconquista, la zona de Polán siguió siendo estratégica. En 1085 Alfonso VI ocupa Toledo y decide ceder las tierras del actual Polán, incluidas sus rentas, a la Iglesia (Libro de los Privilegios de Toledo, 1086). Comienza entonces la repoblación, fundamentalmente por castellanos, aunque hay que tener en cuenta a la población mozárabe que tenía sus propiedades y trabajaba en los entornos rurales de la ciudad de Toledo. Las disputas entre ambos grupos trató el rey de resolverlas con el Fuero de los Mozárabes redactado en Toledo en 1101. Los musulmanes intentaron recuperar sus tierras para volver a acceder a Toledo, y se libran dos importantes batallas: una cerca de Pulgar, el 3 de agosto de 1114, y otra en Polán el 21 de agosto de 1116, ambas de resultado discutido por los historiadores. Ante la situación de inestabilidad, se decidió la construcción de torres defensivas, como las de Guadamur y Cervatos, para garantizar la seguridad de labradores y habitantes de la zona. En Polán, como en Guadamur, estas construcciones se fueron ampliando paulatinamente hasta convertirse en castillos. Alfonso VII cedió el territorio, como villa de realengo, a dos mozárabes, en pago de sus servicios: Miguel Asarafi y Domingo Abumelec. El primero obtuvo tres cuartos del total, y, sin hijos legítimos que heredaran su propiedad, cedió la mitad de lo que entonces era Polán a 46 pobladores mediante la concesión de una carta-puebla (1157); la otra parte la destinó Asarafi a atender a pobres y cristianos cautivos, y más tarde pasó a la Orden de Calatrava, que se responsabilizó también del castillo. El maestre de la Orden denuncia ante el rey Fernando III el Santo en 1248 que los Alcaldes de Toledo hacen intrusismo en sus terrenos: el proceso acaba con la propiedad de Polán en manos de la Orden, aunque civil y administrativamente pertenece a Toledo. Edad Moderna A finales del siglo XVI tiene Polán cuatro regidores perpetuos, por su condición de nobles terratenientes, por lo que el concejo protestó ante el rey. En los siglos que van hasta el XVIII Polán se consolida como uno de los pueblos más importantes de la zona, con los bosques de Ventosilla, Las Morras, Fuente del Caño y Zuarraz, sus huertas de frutales, hortalizas y cebada, sus viñedos y olivares, etc. Edad Contemporánea En 1925, el escritor Félix Urabayen habla de Polán en el periódico El Sol: "Hay miles de olivos alineados en hondos surcos, rectos, erguidos, formando escuadrones que se pierden casi en las amoriscadas calles del pueblo. (...) El aspecto de Polán es pobre. La mejor prueba de que en el vecindario no abunda el papel del Estado es que no existen conventos dedicados a la enseñanza." Habla de las casas burguesas de los Dorado, Corcuera, Arribas, Roa y Rueda, y al resto las califica de "casitas humildes con sus corralillos de juguete". Contabiliza 600 vecinos repartidos en unas cincuenta calles. "Un mísero lugar que no posee más que un castillo en ruinas, una iglesia en pie y más de quinientos vasallos que carecen de un puñado de tierra que labrar", a pesar de que, añade, el término es tan rico que parece "una tierra de promisión". Estas palabras nos llevarán a entender algunos de los procesos que se vivirán en la Segunda República Española y en la posterior Guerra Civil. Del castillo dice Urabayen que en él se incubó El abuelo, de Benito Pérez Galdós, y que en Polán visitó la casa solariega del dramaturgo Lope de Rueda. El 30 de agosto de 1926 una enorme riada ahogó a cinco vecinos; todos ellos vivían en los aledaños del arroyo del Conde, que atraviesa el pueblo. Ochenta fueron las casas destruidas, y los daños ascendieron a medio millón de pesetas de la época.2 El golpe de Estado del 18 de julio de 1936 dio pie a la Guerra Civil de 1936-1939, acontecimiento trágico para el pueblo. Los sueños de igualdad y justicia social de unos chocaron con la resistencia y la defensa de la propiedad de otros, lo que causó numerosas muertes entre las familias de derechas (en la cruz conmemorativa que hay en la iglesia aparecen los nombres de muchos de estos polanecos) y los rojos (no sólo muertos durante la contienda, sino fusilados en la posguerra, encarcelados, prisioneros en campos de concentración o huidos al monte en partidas de maquis; dos polanecos, además, dejaron su vida en el Campo de concentración de Mauthausen-Gusen, en la Alemania nazi). Durante la guerra Polán fue acuartelamiento de tropas republicanas y dispuso de un aeródromo. También, como en otros consejos municipales en esa época, se acuñó papel-moneda de uso exclusivamente local (hubo tres billetes: rojo de 25 céntimos, verde de 50 céntimos y marrón de 1 peseta). La posguerra fue durísima. A los efectos devastadores de la guerra se unieron circunstancias económicas adversas derivadas de la dictadura, que ocasionaron enormes carencias y hambre en la población. Finalizado el periodo de autarquía, la situación económica en algunos sectores era peor que veinte años antes, en la II República (1931-1936). Se plantea entonces el Plan de Estabilización Económica de 1959 y los planes de desarrollo. Empieza la industrialización, con derivaciones como la emigración del campo a la ciudad. El 3 de abril de 1979 se celebran de nuevo, desde los tiempos de la II República, elecciones municipales democráticas, tras las elecciones generales de junio de 1977. A partir del censo de 1981 se aprecia una recuperación de la población de Polán de forma constante, de modo que un pueblo de emigración se convierte en un foco importante de inmigración, con unos 400 vecinos que en la actualidad proceden de otros países. En 1991, la población ocupada trabajaba en la agricultura (12%), la industria (34%), la construcción (16%) y los servicios (38%). Escudo Encargado por el Ayuntamiento, propusieron los heraldistas e historiadores José Luis Ruz Márquez y Buenaventura Leblic García el escudo de Polán descrito basándolo en el castillo de villa y en el olivo como base tradicional de su agricultura. Tras ser dictaminado por la Real Academia de la Historia, fue aprobado por decreto n.º 103 de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha de 12 de noviembre de 1985. Administración Fuente INE - Elaboración gráfica por Wikipedia Monumentos y lugares de interés En el interior tiene planta rectangular con un hueco a cada lado, que arquitectónicamente constituyen capillas, a las que se accede – al mismo tiempo que diferencian los espacios – mediante arcos de medio punto que surgen de los mismos muros lateras, no apoyan en columnas ni pilares. La cubierta es muy interesante: al exterior es una cubierta a dos aguas tejada, y al interior es un artesonado sencillo de madera que tiene tres pares de tirantes o vigas que la cruzan y otros dos en las esquinas del cabecero, el cual se diferencia de la nave central por estar a una altura superior. A la derecha del cabecero, sencilla y pequeña habitación con posibles funciones de sacristía. Muestra típica de la arquitectura popular toledana, encalada y con suelo de baldosas de barro cocido. El artesonado es muy humilde, sin ningún tipo de decoración polícroma. Sobre la medianera de la izquierda vemos la espadaña, hecha también en fábrica de ladrillo cocido, que tiene un solo ojo donde se sitúa la campana, enmarcado con pilastras y remate en forma triangular o de frontón. Está documentada la existencia de otra a la salida -la de Santa Bárbara-, para proteger de las tormentas, aunque no se conserva casi nada de ella, se cree que las columnas del edificio parroquial pertenecían a esta antigua ermita. Tal vez fue un edificio exento, pero en la actualidad queda situado entre otros edificios de muy posterior construcción. Castillo Castillo Al interior se aprecia su distribución en cuatro pisos, y sobre el último el arranque de una bóveda. Presenta una gran variedad en las ventanas, que van desde un portillo de arco de medio punto, otras como aspilleras, también rectilíneas y alguna con arco escarzano de sillares, hasta la más elaborada con una decoración de perlas, que debe corresponder a una de las últimas remodelaciones. Las dimensiones de esta fortaleza debieron ser considerables; la tradición indica que debió llegar hasta la actual plaza, así como la configuración del terreno y las características y fines de este tipo de construcciones, parecen apoyar también esta suposición. Iglesia parroquial de San Pedro y San Pablo Iglesia de San Pedro y San Pablo El templo tiene planta de cruz latina, está distribuido en tres naves, cuya división se hace por medio de columnas exentas y medias columnas sobre un basamento cúbico, sobre las que apoyan, arcos de medio punto. La nave central se cubre con bóveda de cañón, y las laterales con bóveda de arista. Tiene un crucero cuya parte central se cubre con cúpula semiesférica sobre pechinas rematada con linternín, y ábside semicircular al interior y poligonal al exterior. A los pies coro alto y torre. La entrada principal está ubicada en la fachada meridional, y en la norte otra entrada, la sacristía y una capilla. Al exterior, como elementos constructivos, la mampostería y el ladrillo, a excepción de las esquinas que son de cantería. La portada, en la que intervinieron nombres de la talla de Juan Bautista Monegro y Andrés Montoya, -siempre catalogada como barroca-, especialistas como Fernando Marías la incluyen dentro del movimiento renacentista. Casa de los Dorado Casa de los Corcuera Casa de los Romillo Portada de la Casa de las Cadenas Portada de la Casa de las Columnas Portada de la Casa de las Columnas Museo etnográfico de Siberia y Asia Central Fiestas
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